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Pese a tasas más altas, analistas advierten que desinflación será lenta

Las consultoras afirman en sus informes que el esfuerzo de tasa del BCRA no logra convencer (y que Hacienda debería ayudar más)

13 noviembre de 2017

Por Mariano Cúparo Ortiz

Mañana es un día importante en lo que a inflación refiere: sale el IPC Nacional (se espera desaceleración tras el 1,9% de septiembre, pero aun una inflación alta de 1,51,7%), el IPC CABA y el BCRA licitará Lebac, con margen para ofrecer mejor rendimiento tras las subas de la tasa de referencia. El panorama no es sencillo.

Vuela la expectativa

Desde E&R directamente consideran que “el proceso desinflacionario está totalmente abortado” y que si no se hace algo diferente “la inflación no bajará o bajará mucho menos que lo necesario para poder cumplir con las metas de inflación de 2018”. Este tema ocupó a una buena cantidad de consultoras en sus informes semanales. Parece haber algunas coincidencias: el BCRA sobreactuó en las últimas semanas su reacción de tasa de referencia porque el REM muestra una insistencia de los analistas consultados en que la inflación no bajará de 17% (y en el último mes incluso subió a 17,3%). Pero también hay coincidencia en que, incluso dejando de lado la viabilidad de desinflar por la vía de los otros dos mecanismos de transmisión de la política monetaria (por el lado de competirle al tipo de cambio y evitar depreciación de corto plazo que presione sobre los precios o por el lado de secar un canal del crédito que modere la demanda agregada), los manotazos del BCRA no logran ni podrán conmover a esas expectativas futuras.

“Sin funcionar el canal del crédito y sin poder abusar del atraso cambiario, el único canal que le queda al BCRA es el de las expectativas. Y al ver que las mismas no bajan, se empeña en aumentar la tasa de interés para mostrarse firme ante esta inflexibilidad a la baja”, afirmaron desde Invecq.

Desde E&R directamente consideran que “el proceso desinflacionario está totalmente abortado” y que si no se hace algo diferente “la inflación no bajará o bajará mucho menos que lo necesario para poder cumplir con las metas de inflación de 2018”

Y concluyeron: “Es posible que las expectativas se formen en base a muchos otros factores, y no únicamente a la tasa de interés. Podría darse la situación que al aumentar la tasa de interés, empeoren las expectativas de inflación. Una mayor tasa de interés implica un mayor déficit cuasi fiscal y un mayor stock de Lebac. Pero si cada vez crece más este stock, que deberá reabsorberse en un futuro para no generar inflación, las expectativas pueden ver una mayor inflación futura en el crecimiento de este pasivo remunerado. Mientras tanto, el déficit fiscal se muestra mucho más duro de ser reducido y se lograría el equilibrio fiscal recién hacia el año 2022”.

Credibilidad y déficit

Ahí parece haber una clave para quienes creen que el asunto pasa por lo monetario: la principal fuente de emisión es el déficit fiscal, que se muestra persistente (o muy gradual). Y otra clave parece ser el propio inclumplimiento ya repetitivo del BCRA en las metas (informaley formales que se plantea). El 25% de 2016 que terminó en 41%. El 17% que se planteó en 2017 y que terminaría en 23-25%. Y el 12% de techo que se plantea para 2018 y que nadie parece ver por debajo de 17%.

Si bien desde Invecq destacan que para la entidad lo fundamental es que la inflación baje, más allá de que se cumplan las metas o no, desde E&R afirman que “hay un problema de credibilidad que no juega a favor de que las expectativas de inflación bajen fácilmente. La meta de inflación se incumplirá por alrededor de 6 puntos en 2017. Este incumplimiento de la meta de inflación no es gratis y la autoridad monetaria ha perdido reputación y credibilidad a lo largo de este año”.

“Sin funcionar el canal del crédito y sin poder abusar del atraso cambiario, el único canal que le queda al BCRA es el de las expectativas. Y al ver que las mismas no bajan, se empeña en aumentar la tasa de interés para mostrarse firme ante esta inflexibilidad a la baja”, afirmaron desde Invecq.

Eso como uno de los puntos importantes que pegan sobre las expectativas aunque suba la tasa de interés: la merma de credibilidad. Y el otro punto fundamental para E&R es el de un Ministerio de Hacienda demandante de emisión: “Los agentes económicos no forman actualmente sus expectativas de inflación mirando la tasa de interés. El público formula sus perspectivas de inflación mirando para adelante y en función de la diferencia entre el aumento esperado de la oferta monetaria y la expansión esperada de la demanda de dinero. Y a más déficit, más emisión esperada”.

Política real

“Todo el mundo sabe que en 2018 la emisión monetaria por motivos fiscales no sería sustancialmente más baja que lo que fue en 2017, ya que el BCRA tendría que emitir para financiar al Tesoro ($ 140.000 millones) y también para comprar los dólares de la deuda del sector público (US$ 30.000 millones)”, detalló E&R. Desde Federico Muñoz y Asociados coinciden: “Una política fiscal menos expansiva ciertamente ayudaría a enfriar la inflación”. La historia es conocida: la vieja encrucijada entre las metas imaginadas y las necesidades de la política real. En su último panorama, Muñoz destacó que “Sturzenegger sugirió que evalúa revisar la estrategia de acumulación de reservas, lo que podría presagiar que ahora sí dejará caer el tipo de cambio real para aumentar la eficacia del esfuerzo estabilizador”

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