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Mayor tensión en la CGT por la reforma laboral

El triunvirato respalda el acuerdo laboral con el ministro Triaca, pero acechan las críticas y el miércoles marchan los díscolos

27 noviembre de 2017

Desde Ciudad del Vaticano y desde Buenos Aires, el triunvirato de la CGT ratificó en los últimos días que mantendrá en pie lo acordado hace diez días con el ministro de Trabajo Jorge Triaca y reivindicó los avances logrados en las negociaciones. “No se perdió ningún derecho”, señaló Héctor Daer en varias oportunidades. Algo parecido a lo que dijo Juan Carlos Schmid para avalar lo acordado. Pero, en ambos casos, desligándose de la reforma previsional, que el Gobierno negoció casi en simultáneo con los gobernadores.

Mientras tanto, crece el malestar interno en la central, que tendrá su cristalización con una marcha, este miércoles, más allá de que el comienzo de la discusión parlamentaria se haya pospuesto. En especial, con la presencia de Pablo Moyano, uno de los más críticos, hecho que genera cierta preocupación en la central. Para hacer frente a estas tensiones, en la sede de la Unión Personal Civil de la Nación, se reunirá hoy la mesa chica de la CGT, que si bien excede al triunvirato expresa las posiciones de la conducción de la central unificada. El objetivo es evaluar las tensiones internas, a partir de las críticas de varios sectores que conforman incluso el consejo directivo (Moyano, por caso, es secretario de la secretaría gremial), y los pormenores posibles de la estrategia legislativa, que quedó para después del 10 diciembre, con la nueva composición parlamentaria. El presidente de la bancada justicialista, Miguel Angel Pichetto, se había comprometido a que no avanzaría en la discusión del proyecto si no tenía el aval de la central. Con estos cortocircuitos (“falta de cohesión en la CGT”, se dijo), la postergación se convirtió en un hecho.

La convocatoria del miércoles tiene tres patas que la sustentan. Además del moyanismo y sus gremios aliados (Camioneros, Judiciales, Canillitas y Peajes), la Corriente Federal de Trabajadores, que tiene al bancario Sergio Palazzo como su principal referente, y las dos CTA, la de Hugo Yasky y la de Pablo Micheli. A estas organizaciones se le suma rán organizaciones sociales como la CTEP y la CNCT y partidos de izquierda, que ya confirmaron su decisión de movilizar, aunque con una “columna independiente”.

Hasta hace unos días, la versión era que las organizaciones del kirchnerismo iban a movilizar frente al Congreso para acompañar a la expresidenta Cristina Kirchner, quien jurará ese día como senadora nacional junto a otros 23 representantes electos en los últimos comicios legislativos. Sin embargo, la jefa política desactivó dicha iniciativa al señalar en sus redes sociales: “Les agradezco de corazón, pero creo realmente que ese día el esfuerzo de todos tiene que estar junto a los trabajadores para que el Gobierno escuche que no se puede ir para atrás, que no queremos seguir perdiendo derechos”. La declaración fue leída como un gesto explícito de apoyo.

“Esperamos que sea una marcha multitudinaria, que sea el inicio de un tiempo en que dejemos atrás la inmovilidad del sector sindical y de las movilizaciones frente a estos ajustes”, señaló Yasky, quien cuestionó la “incongruencia de dirigentes sindicales que se sienten más cómodos con gobiernos de derecha que de un signo popular”, en alusión a la conducción de la CGT.

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