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Tres tendencias, de las PASO a las generales

La experiencia indica que vota más gente, se da mayor polarización y se suele premiar a los ganadores y castigar a los perdedores

02 octubre de 2017

Todas las encuestas, en mayor o menor grado, indican que se van a cumplir tres reglas que estuvieron presentes en todos los ciclos electorales desde que hay primarias. En las generales vota más gente, las elecciones son más polarizadas y se suele premiar a los ganadores y castigar a los perdedores de las PASO.

Por cierto que en esta oportunidad también habrá algunos rasgos distintivo. La concurrencia será mayor, pero de todas maneras, la diferencia entre ambas instancias será menor que en otros años dado que, por ejemplo, en las primarias de la provincia de Buenos Aires votó un porcentaje ligeramente mayor que en las primarias de 2015. La polarización se intensificará como en los casos anteriores pero se trata de un fenómeno que sólo se observará con claridad en aquellos distritos en los que hay varios candidatos competitivos como en Capital Federal, Buenos Aires, y en menor medida Córdoba. Otro dato a tener en cuenta es lo que puede ocurrir en aquellas provincias en las cuales ganó un partido o frente pero por la suma de varias listas que compitieron entre sí. No está claro que los ganadores puedan retener el voto de aquellos a quienes derrotaron en las primarias. A veces ocurre como en 2015 cuando los votantes de Ernesto Sanz y Elisa Carrió en las primarias de Cambiemos votaron por Mauricio Macri en la primera vuelta presidencial. Pero ese mismo año Aníbal Fernández no pudo contener a la totalidad de los que habían apoyado a Julián Domínguez en las primarias del FpV bonaerense.

Este comportamiento de los votantes resultará clave en varios distritos, como Santa Fe, Chubut y Tierra del Fuego en donde triunfo el peronismo K y en La Pampa y Neuquén en donde lo hizo Cambiemos.

El premio a los ganadores seguirá funcionando porque nada le da más prestigio a un político que ganar elecciones. Pero el triunfo, muchas veces no está asociado al resultado estricto sino a su lectura política. En 2015, Daniel Scioli ganó la primera vuelta pero fue visto como perdedor porque no logró su objetivo que era consagrarse en esa instancia mientras que Macri, que sacó menos votos, fue visto como ganador porque logró su objetivo que era que hubiese balotaje. En las primarias de este año, Cambiemos fue visto como ganador no sólo porque sacó más votos que cualquier otra fuerza a nivel nacional, sino porque además perdió por una diferencia mínima en la provincia de Buenos Aires pese a los pronósticos que anticipaban un triunfo amplio de Cristina Kirchner.

A todos estos rasgos que han estado presentes en todas las elecciones anteriores, en este momento se suma otro elemento, que también favorece al Gobierno y es que la situación económica mostró mejoras desde la realización de las primarias. Pero más importantes aún que los indicadores es que el triunfo del oficialismo en las primarias contribuyó a mejorar las expectativas sobre la economía. Y esa visión positiva es clave porque las sociedades optimistas sobre el futuro tienden a votar por los candidatos del Gobierno.

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