Los brotes verdes han llegado a todas las estadísticas, aunque ellas muestran más una recuperación de niveles previos que un crecimiento genuino sobre esos picos anteriores. Pero, más allá de ese debate, hay una estadística que aún no brotó, y preocupa: son las exportaciones, que caen 0,1% en el 2017. Con una preocupación creciente sobre la sostenibilidad externa del modelo de Cambiemos y con una participación (heredada) muy baja de las exportaciones sobre el PIB (una de las más bajas del mundo, por cierto), poner el foco en ellas está lejos de ser trivial. En otras palabras: si el Gobierno quiere que el modelo sea sustentable y, además, utilizar el leverage de la integración para crecer más, y no hay dudas de que pretende ambas, debe exportar más. Y pronto.
Así lo advierte un informe de la Fundación Capital, difundido ayer. “En vistas del magro desempeño externo, esperamos déficits comerciales y de cuenta corriente más abultados para 2017. Estimamos que las exportaciones terminarán el año en niveles similares a 2016 (+0,8%) y que las importaciones aumentarán luego de dos años en baja (16%). Así, la balanza comercial alcanzaría un déficit récord de U$S 6.242 millones y la cuenta corriente llegaría a un rojo de 4,2% del PIB (U$S 25.095 millones)”, advierten. Cabe destacar que, en el segundo trimestre, el rojo en la cuenta corriente duplicó el del mismo período de 2015 y 2016. Y, además, el rojo comercial (fue de U$S 1.545 millones) fue el primero para un segundo trimestre de toda la serie histórica. A eso hay que agregarle un rojo en la balanza de servicios que fue de U$S 1.4000 millones en el segundo trimestre, 20% más que en 2016.
Varios factores indican que la debilidad de las cuentas externas se mantendría en el corto plazo, agregan. “Argentina volvería a crecer en 2018 y en este contexto es esperable que las importaciones mantengan un buen ritmo de aumento (7,7%). Para que esto no presione en demasía el déficit comercial, será necesario que lo acompañe un mayor dinamismo exportador. Al respecto, prevemos que las ventas externas muestren un mejor desempeño el año entrante (5,9%), achicando la brecha de crecimiento respecto de las importaciones. Así, el déficit comercial llegaría a U$S 7.760 millones en 2018 y el rojo de cuenta corriente alcanzaría 4,4% del PIB”, sostienen.
El principal factor explicativo del abultado déficit de cuenta corriente son los egresos netos por rentas (utilidades, dividendos e intereses), que en el segundo trimestre aumentaron 10% y totalizaron U$S 3.259 millones, el mayor déficit desde 2013. El mayor rojo se debió al fuerte aumento de los intereses pagados al resto del mundo, 40% interanual.
“El rojo en cuenta corriente hoy es compensado por un ingreso neto de la cuenta capital y financiera. No obstante, está claro que existen desafíos importantes en materia de cuentas externas. Argentina concentra dos de sus principales productos de exportación en sus dos principales destinos. De este modo, retomar la agenda de diversificación de las exportaciones, trabajar sobre la competitividad y entablar mejores vínculos comerciales será clave”, concluyen desde la Fundación Capital.
