Los costos fueron al ritmo de la inflación. La Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) publicó el segundo índice semestral que describe como se forma el precio que pagan los argentinos al momento de comprar leche, pan y carne. En la leche, siguen las dificultades para el tambero y una leve recuperación en la industria; en la carne, hay complicaciones en los feedlot y el trigo continúa con una participación muy baja en la formación del precio del pan.
Distorsión en masa
El pan es el que muestra más distorsiones del campo a la góndola, dado que un kilo de pan cuesta 10,5 veces más que uno de trigo. Esto significa que un productor de trigo debe vender 12,7 kilos de trigo para poder adquirir un kilo de pan. Del precio final de $35,4 lo que más abulta el precio son los costos totales de la cadena en 62,6% que corresponden a la materia prima en sí, los laborales, fletes, insumos, estructura, entre otros. El resto de la carga proviene en 24,9% de los impuestos y en 12,6% de las ganancias acumuladas en la cadena. Según el estudio de la FADA, los datos demuestran que el trigo tiene una participación muy baja en la formación del precio del pan dado que representa el 8,3% del precio final ($2,93); en cambio, la panadería es el eslabón en el que se produce el mayor salto del precio, representa el 63,6% ($22,54). Al respecto, David Miazzo, economista jefe de la FADA, argumentó: “Esto puede explicarse porque la panadería realiza dos actividades juntas, la producción del pan y la venta por menor, es decir, dos eslabones fusionados, y además tiene escalas menores a los otros eslabones, por lo que tiene costos unitarios mayores”.
La brecha
“El sector primario lechero continúa con dificultad para cubrir los costos totales, tiene pérdidas y además ha estado fuertemente afectado por las inundaciones. En el caso de la industria lechera, en líneas generales, se detecta una leve mejoría”, analizó Miazzo. El precio se multiplica por 3,6 desde que la leche sale del campo hasta que se vende al público. Del precio final del sachet de $20,3, el tambo representa el 26,3% del precio final ($5,35), la industria el 31,2% ($6,35), el comercio el 16,7% ($3,39) y los impuestos el 25,8% ($5,23). En este sentido, según la Subsecretaría de Lechería del Ministerio de Agroindustria, el productor tambero recibió $5,61 por litro vendido. Por lo cual, el tambero debe vender 3,6 litros de leche para comprar un sachet. Con respecto a esta cadena, Miazzo consideró: “Aunque la ley de IVA prevé que la leche esté exenta de este impuesto en el último eslabón, esto no se aplica porque el decreto reglamentario dice que la exenta es la leche pasteurizada, mientras que hoy se produce la ultra pasterizada (UAT). Por ello, hoy estamos pagando IVA en el precio de la leche cuando no deberíamos hacerlo”.
Precio jugoso
Desde el ternero al mostrador, el precio de la carne se multiplica por 2,4. Del precio final de $119,34, el 80,2% son costos de la cadena, 19,4% impuestos y 0,5% ganancias. Es decir que el ternero representa el 41,1% del precio final, el feedlot el 17,6%, el frigorífico el 8,8%, la carnicería el 13,1% y los impuestos el 19,4%. El productor ganadero debe vender 2,94 kilogramos de animal en pie para comprar un kilogramo de carne en la carnicería. “Respecto al desempeño de la cadena cárnica, las ganancias cayeron a $0,54 por kilogramo al mostrador. El feedlot es el sector más complicado, presentó un margen negativo de $0,59 el kilo por animal en pie. En la cadena hubo un incremento de los costos del 18% y además una mayor participación del Estado”, precisaron desde la Fundación.
Con respecto al estudio, Miazzo argumentó: “Con estos datos se intenta echar claridad sobre por qué un producto vale lo que vale, y detectar los problemas en cada eslabón de la cadena para poder buscar razones y soluciones”.
