El martes, el BCRA aumentó la tasa de referencia en 150 puntos llegando a los mayores valores reales de los últimos tiempos. Los factores clave que impulsaron este aumento se encuentran en la mala performance de septiembre, con un aumento de 1,9%; las expectativas que continúan altas -según el informe de la Universidad Torcuato Di Tella la inflación esperada es del 20%- y el reciente aumento de las naftas de 10%. ¿Cómo repercute esto en la economía de las empresas?
Consultado por El Economista, el secretario de prensa de CAME, Pedro Cascales, dijo que la suba de tasas, que redunda en mayores costos financieros, es un tema “muy preocupante” y detalló: “El 45% de las pymes necesita financiamiento. De ese total, el 57% lo obtiene fuera del sistema financiero, el 36% dentro del mercado financiero y solo el 6% accede a programas estatales”. Además, precisó que las pymes suelen ser la variable de ajuste de financiamiento de las grandes empresas y en las cadenas de pagos diferidos suelen terminar absorbiendo estos costos de interés volcándolos a precios o bien achicando aún más su escaso margen de ganancia. Sin embargo, aclaró que “el dueño de la fábrica es ante todo una persona optimista y siempre prefiere invertir en su negocio”, descartando la idea de que muchos empresarios no invierten y ponen el dinero a tasa.
Por su parte, Teddy Karagozian, CEO de TN & Platex, expresó que la suba del costo de financiamiento genera que, en las negociaciones con proveedores, los precios aumenten porque “los 90 días de hoy cuestan más caros que los de ayer”. También indicó su postura en el debate: “El aumento de tasas no baja el precio de la economía sino que, al contrario, lo aumenta” ya que afirma que “el mayor deudor es el Estado y este incremento de tasas genera aún más el déficit fiscal”.
El economista Leandro Mora Alfonsín definió: “Las condiciones de financiamiento son un tema importante que hacen a la
competitividad de las empresas. Un aumento de la tasa tiende a endurecer las condiciones de financiamiento. No sólo las formales sino también las tasas de descubierto o los créditos personales”. Con respecto al panorama a futuro, marcó: “Hay instrumentos a estudiar como las facturas conformadas. Una pyme cobra a 120, 180, 200 días y los proveedores quizá cobran a lapsos menores por mayor poder de mercado, ahí se observa el deterioro a las posiciones financieras de las pymes”.
