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El futuro de Africa tiene oportunidades (y desafíos)

El continente está logrando, silenciosamente, grandes progresos y, si continúa por esa senda, puede convertirse en un animador del mundo emergente en las próximas décadas

12 octubre de 2017

Africa, alguna vez apodado el continente olvidado, está logrando, silenciosamente, grandes progresos en los últimos años y, si continúa por ese camino (que no está exento de desafíos y complejidades), puede convertirse en uno de los animadores del mundo emergente en las próximas décadas en base a su enorme (y creciente) población y la enorme brecha que aún tiene para crecer y modernizarse. Algunos, incluso, se animan a plantear que puede ser la China del Siglo XXI.

"Las oportunidades de progreso abundan en Africa, pero los gobiernos necesitan hacer en el continente inversiones más estratégicas para mejorar las perspectivas de desarrollo para todos", sostiene un reciente trabajo del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS) que identifica, además, siete tendencias clave para entender cómo el futuro del continente podría desplegarse en las próximas décadas.

La población de Africa continuará creciendo rápidamente y seguirá siendo la más joven del mundo.

Los niveles de urbanización seguirán aumentando, ofreciendo oportunidades y riesgos.

El número absoluto de africanos que viven en la pobreza extrema va a aumentar.

La economía de Africa continuará expandiéndose, pero los resultados individuales de los países variarán considerablemente.

Es probable que Africa siga estando relativamente aislada, tanto de la economía mundial como de sus regiones.

Los conflictos en Africa están causando menos muertes que en los '90, pero el número de incidentes violentos está aumentando y la violencia se está haciendo más compleja.

Es probable que el apoyo popular a la democracia en Africa siga siendo fuerte.

"Las oportunidades de progreso abundan en Africa, pero los gobiernos necesitan hacer en el continente inversiones más estratégicas para mejorar las perspectivas de desarrollo para todos", sostiene un reciente trabajo del Instituto de Estudios de Seguridad (ISS)

Población pujante

“Se espera que la población de Africa aumente de los actuales 1.200 millones de personas hoy a más de 1.800 millones en 2035. La demanda por los servicios crecerá dramáticamente y colocará a los gobiernos africanos bajo tensión considerable. Además de estas cifras, la estructura de edad de la población de Africa es crítica. Incluso en 2035, la mitad de la población del Africa subsahariana será menor de 21 años, lo que significa que los gobiernos necesitan gastar mucho en educación, atención médica y servicios básicos”, sostienen Julia Bello-Schünemann y Zachary Donnenfeld, autores del reporte.

A medida que la población de Africa envejece, la relación entre los trabajadores y los dependientes mejorará, lo que dará lugar a un aumento potencial de la productividad y el crecimiento económico. Sin embargo, las economías más pobres de Africa están a varias décadas de experimentar un dividendo demográfico y, lo que es más importante, la mayoría carece de las inversiones necesarias en capital humano y creación de empleo para capitalizarlo.

Asimismo, es poco probable que muchos países africanos obtengan los beneficios potenciales de la urbanización a menos que aborden sistemáticamente algunos de los obstáculos estructurales, como la falta de creación de empleo, la lenta transformación económica en sectores de mayor productividad, la pobreza y la desigualdad.

En la trayectoria actual, es probable que el crecimiento de la población agrave la pobreza en Africa subsahariana, ya que está superando el crecimiento económico. Para 2035, hasta 170 millones más de africanos podrían vivir en extrema pobreza (menos de US$ 1,90 al día) que en la actualidad. Esto, incluso, si la economía del continente crece en promedio alrededor del 4% anual hasta 2035.

“En general, las economías africanas necesitan crecer mucho más rápido y realizar inversiones más estratégicas en capital humano para reducir la pobreza, mejorar los resultados del desarrollo y construir una infraestructura adecuada”, sostiene el reporte.

¿De dónde provendrá este crecimiento? Gran parte de Africa es probable que siga siendo vulnerable a los shocks globales. Sus exportadores de petróleo y metal continuarán siendo los más expuestos a la volatilidad mundial de los precios. El crecimiento de las economías que no dependen de los hidrocarburos ?importadores de energía y exportadores agrícolas? es probable que se mantenga estable. Las tasas de crecimiento actuales y esperadas de algunos exportadores agrícolas de Africa están en línea con las economías de más rápido crecimiento de Asia.

Para mejorar la resistencia frente a los shocks externos, los estados africanos necesitan diversificar sus economías y su base tributaria, aumentar los ingresos de manera más eficaz, aumentar la productividad, crear empleos e invertir en infraestructura crítica y el desarrollo del capital humano.

Los países también deben desmantelar algunos de los obstáculos regulatorios a una integración más profunda para facilitar el movimiento de bienes, personas e ideas a través de las fronteras y crear economías regionales de escala. En caso contrario, Africa permanecerá aislada, tanto de la economía mundial como de sus regiones.

La capacidad de Africa de participar más en el comercio regional y mundial depende en parte de la mejora de las infraestructuras de transporte y comercio y de la racionalización de las reglamentaciones. “Dicho esto, una estrategia para conectar a Africa también debe incluir la inversión en infraestructura básica, como el acceso a agua limpia, electricidad y saneamiento mejorado. Estos servicios son componentes clave de la productividad y, por tanto, del crecimiento”, argumentan Julia Bello-Schünemann y Zachary Donnenfeld.

El Africa subsahariana tiene los niveles más bajos de acceso a la infraestructura básica en cualquier parte del mundo y las perspectivas de mejora son moderadas en comparación con otras regiones en desarrollo.

La tecnología moderna puede ofrecer una forma de reemplazar formas más costosas de infraestructura más básica. Sin embargo, simplemente no es posible saltarse la construcción de carreteras, suministro de agua o instalaciones de alcantarillado, por ejemplo.

Violencia y política

Una de las tendencias identificadas en el informe del ISS es que los niveles de violencia de alta mortalidad en Africa hoy son generalmente comparables a los de hace medio siglo y son significativamente más bajos que durante el período posterior a la Guerra Fría. Sin embargo, el continente está experimentando un aumento en el número de incidentes violentos en gran medida motivados por disturbios y protestas.

En 2016, los disturbios y las protestas representaron casi el 40% del total de los conflictos en Africa, 10% más que el año anterior, seguido por la violencia contra civiles, las batallas y el uso de artefactos explosivos improvisados. En línea con la tendencia mundial, los incidentes terroristas también están aumentando en Africa.

Sin embargo, la violencia de motivación política no afectará necesariamente a los africanos más que a la violencia motivada por los beneficios. Se espera que los crecientes niveles de violencia criminal en Africa causen más muertes que conflictos armados en el futuro a medio plazo.

Más allá de des duro y trágico track-record, la alta carga de conflictos de Africa requiere inversiones continuas en la prevención de conflictos, el control de armas, la reforma del sector de la seguridad, el Estado de Derecho y las fuerzas regionales. Ante las limitaciones de capacidad y las transiciones democráticas en curso, la comunidad internacional seguirá siendo un actor clave en la futura seguridad de Africa.

Hay sistema

La última tendencia identificada en el informe del ISS es que es probable que el apoyo popular a la democracia en Africa siga siendo robusto, incluso cuando los elementos esenciales de la responsabilidad democrática en el continente están a menudo ausentes. Si bien la democracia todavía no es la forma dominante de gobierno en Africa, a diferencia de la tendencia mundial, los niveles de democracia en el Africa subsahariana han mejorado. “De hecho, Africa es relativamente más democrática de lo que cabría esperar, dados sus niveles generalmente bajos de PIB per cápita”, dicen Julia Bello-Schünemann y Zachary Donnenfeld.

Muchos países africanos están bajo presión para aumentar la inclusión cuando los fundamentos de seguridad y la capacidad del Estado para construir la democracia siguen siendo frágiles. “El tema no es una opción entre la democracia y el desarrollo, sino la manera de promover progresivamente la inclusión a un ritmo acorde con el desarrollo social y económico”, agregan los investigadores.

“Si bien los desafíos pueden parecer abrumadores, la investigación apunta a áreas que los gobiernos africanos podrían aprovechar para capitalizar el enorme potencial que existe en el continente”, concluyen.

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