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“Hoy estamos viviendo un tsunami de conciencia”

Joan Antoni Melé habló con El Economista acerca del movimiento de la economía consciente y la banca ética, y explicó las ventajas de transparentar el negocio financiero

18 octubre de 2017

Entrevista a Joan Melé Promotor de la banca con valores y las inversiones éticas

El barcelonés Joan Antoni Melé tiene 35 años de experiencia profesional en el sector financiero y fue durante muchos años directivo del Triodos Bank en España, referente de la banca ética en Europa.  En enero de 2015 renunció a su cargo para promover la banca con valores por América Latina y dedicarse de lleno a la divulgación de la economía consciente y las inversiones éticas. Después de su conferencia en Argentina, organizada por la Fundación Avina, habló con El Economista sobre el éxito que está teniendo actualmente este movimiento y sobre las ventajas de transparentar el negocio financiero, financiar la economía real e impactar de forma positiva en el planeta y en la vida de las personas.

¿Qué significa la banca ética para las personas?

La banca ética supone una toma de conciencia de lo que significa nuestro dinero para el mundo. Cada vez que tomamos una decisión ?ya sea comprar, ahorrar o incluso hacer un donación? debemos hacerlo con conciencia. No tener conciencia de lo que supone nuestro dinero en el mundo es ser cómplice de cosas que están pasando y que de forma consciente no lo permitiríamos. La banca ética es sobre todo una banca transparente que informa a los clientes sobre lo qué están haciendo con su dinero. No olvidemos que los bancos gestionan nuestro dinero. Por lo tanto, los clientes tienen el derecho y la responsabilidad de saber qué va hacer la banca con ese dinero mientras ellos no lo usan. La idea es que las inversiones sean con conciencia, y que operen con criterios muy claros sobre qué se va invertir, dónde y por qué, más allá de la rentabilidad.

¿La banca ética apunta a transparentar el sistema financiero?

Hablamos de transparencia total. Cuando empezó la banca ética los bancos se sonreían pensando que sería una iniciativa que duraría muy poco porque era incompatible con las leyes del mercado. Pero la banca ética ha tenido muchísimo éxito en Europa y en todo el mundo y ha crecido mucho.  Los argumentos que utiliza la banca ética son tomados por todos los bancos, por lo menos en su publicidad. Por desgracia, no tanto en sus actividades. Ahora todo el mundo habla de sostenibilidad y de valores sociales porque se dan cuenta que la gente lo está exigiendo. El éxito de la banca ética obligará a los grandes bancos a cambiar de verdad, porque sino deberán estar dispuestos a perder clientes. Creo que estamos viviendo un tsunami de conciencia y el que no lo vea, va a ser borrado del mapa.

 ¿Cuáles son las mayores trabas para el cambio?

Trabas van a existir siempre, pero el principal obstáculo es la resistencia personal. A la gente no le gusta salir de la zona de confort. La gran dificultad no es económica sino el miedo al cambio y el egoísmo de no tener en cuenta al otro. Los bancos se excusan en el mercado o en los clientes, pero el éxito que ha tenido el Triodos Bank demuestra que estamos en un momento en el que la ética y los valores cotizan cada vez más alto, más que la rentabilidad.

¿El negocio bancario no se pierde?

Al contrario. El negocio bancario se vuelve muchísimo más estable. Los ratios de solvencia, de crecimiento, de rentabilidad media, de baja morosidad que tiene, por ejemplo, Triodos Bank,  muestran que la banca con valores es totalmente viable y que es el futuro. La alta rentabilidad se consigue porque se mantiene una estructura de gastos muy baja, con costos salariales de los directivos muy bajos, comparados con lo de la banca tradicional. Se trabaja con profesionalismo, se entiende el funcionamiento de todos los sectores y se evitan situaciones de alto riesgo, entre otras cuestiones. Todo esto hace que la banca ética sea una banca viable económicamente y que tenga un ratio de solvencia altísimo.

¿Son necesarias alianzas para lograr su materialización?

Para poder realizar cualquier cambio que suponga poner a las personas y al planeta en primer lugar vamos a tener que buscar alianzas.  Es necesario hacer alianzas para superar la resistencia al cambio y no demorarnos más. En la banca ética se buscan alianzas con ONGs, universidades, empresas y  todo tipo de negocios que tengan muy en claro el orden de los valores: primero las personas, después el planeta y por último la rentabilidad. No puede ser que el mundo del dinero siga prevaleciendo sobre las personas. Si ponemos primero y respetamos a las personas y al medioambiente, bienvenidos sean los beneficios económicos.

¿Los movimientos ciudadanos son importantes para sostener estos modelos sostenibles y con impacto social?

Si son movimientos ciudadanos conscientes, sí. Todo lo que sean movilizaciones generales movidas por emociones y sentimientos duran muy poco y no son eficientes. La principal movilización debe ser ante todo individual. Cada uno debe actuar porque ha descubierto en su interior esta necesidad y, desde la libertad y la conciencia, decide apostar al cambio. El mundo no está mal porque hay cuatro que lo manipulan, si no ?como dice el refrán? porque para que el mal triunfe solo hace falta que los buenos no hagan nada. La gente tiene que darse cuenta que todos somos co-responsables de los problemas que hay en el mundo, por lo tanto, el cambio lo tenemos que hacer todos. Y aunque yo no puedo cambiar el mundo, puedo cambiarme a mí mismo. Apuesto por los movimientos ciudadanos individuales conscientes, no por los grupos de masas que se mueven por emociones.

¿Dónde deben empezar estos cambios individuales?

Por ejemplo,  en cambiar los hábitos de consumo. Saber, antes de comprar, quién lo produjo, en qué país y en qué condiciones. ¿Se respetan los derechos humanos, se respeta el medio ambiente bajo esas condiciones de producción? Si no es así, no lo compro.  Y lo mismo con los bancos. ¿Me gusta lo que hacen los bancos con mi dinero? Si no es así, no dejo que gestionen mi dinero.

La banca ética supone una toma de conciencia de lo que significa nuestro dinero para el mundo. Cada vez que tomamos una decisión debemos hacerlo con conciencia. No tener conciencia de lo que supone nuestro dinero en el mundo es ser cómplice de cosas que están pasando y que de forma consciente no lo permitiríamos

¿Qué situación o contexto especial ve en América Latina para poder aplicar los conceptos de la banca ética?

Hemos empezado a difundir la idea de la banca ética en la región desde 2013 porque primero entendemos que hay que dar a conocer la idea para poder establecerla. Ha despertado muchísimo interés, entusiasmo y compromiso. Necesitamos explicar a fondo qué significa porque no es un tema de un solo banco sino que es un movimiento para la nueva economía: una economía humana, una economía consciente. Alrededor de la banca ética se promueve un consumo responsable, un consumo ecológico o agro ecológico, de comercio justo, donde se prioriza la producción de proximidad. América Latina es un lugar donde las diferencias sociales son enormes. Son países muy ricos pero con una muy mala distribución de la riqueza, países que han sido explotados por las multinacionales de otros países, empobreciendo a la gente del lugar. Las cosas no se han hecho bien y creemos fundamental promover la banca ética. Queremos que se involucren todos los países y que se apoyen unos a otros. En esto, es un absurdo que haya rivalidad. En Chile, está bastante avanzado y en Argentina ya se ha creado un grupo de trabajo que ha comenzado a desarrollar una banca ética autóctona.

¿Qué características especiales puede tomar la banca ética en Argentina?

Argentina como cada país tiene sus características y sus dificultades, la inflación o la corrupción, son algunas de ellas, aunque la corrupción está en todos lados. Pero Argentina es un país muy rico y si conseguimos que la banca ética se establezca, vamos a ayudar a bajar las tasas de interés de locura que tienen los préstamos, vamos a conseguir que se financie una economía productiva y no una economía de consumo como se está haciendo, con créditos a familias humildes que se endeudan de por vida gastando la mitad de su salario en intereses. La idea no es criticar ni atacar a nadie sino mostrar que esto se puede hacer de otra manera y que haciéndolo así ganan todos, el país en general y las personas en particular. En el poco tiempo que llevamos, ya tenemos el apoyo de muchos sectores económicos, políticos universitarios, ciudadanos. Estamos convencidos de que va a ser un éxito.

¿Qué tiempo puede llevar a que esto se instale?

No podemos decir los años que va a tardar, pero cuatro o cinco años son imprescindibles para que la idea se pueda asentar.

¿Cree que la sustentabilidad empieza a atravesar todos los sectores?

La sustentabilidad tiene que estar en todos los sectores. Cuando hablamos de una nueva economía no significa que no vamos a utilizar electricidad o que vamos a ir en plan pobre. No tenemos que renunciar a una cierta comodidad y estabilidad. Pero la sustentabilidad significa poner toda nuestra inteligencia,  todos nuestros conocimientos científicos o tecnológicos al servicio de un mundo mejor y no al servicio obsesivo de las ganancias. Sustentabilidad significa tener conciencia en cómo hacemos las cosas. En este momento se están construyendo edificios que puede ahorrar el 70% de energía. Y no es más cara la construcción. Simplemente es hacerla con otro tipo de inteligencia. De igual manera tenemos que pensar en nuevas empresas que apunten el reciclaje, a la eficiencia energética porque si es así se van a crear nuevos sectores de producción,  miles de puestos de trabajo. En unos años, sin renunciar a la comodidad de la modernidad podemos vivir de una manera más armónica,  sostenible con el planeta y principalmente con las personas.

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