El Senado de Estados Unidos aprobó un incremento de US$ 1,5 billones en el déficit del Presupuesto a lo largo de los próximos diez años que sería la consecuencia del recorte de impuestos que está en marcha. Se trata de la primera buena noticia en mucho tiempo que recibe la Casa Blanca desde el Congreso. De todas maneras, los plazos son exiguos porque se pretende aprobar la modificación de todo el sistema impositivo en las próximas diez semanas. Anteriores cambios de esta magnitud tardaron mucho más tiempo en concretarse. Además, hay diferencias entre las posiciones de las dos cámaras.
Por otra parte, Donald Trump insiste en elogiar a Janet Yellen con la que se reunió la semana pasada y ratificó que sigue formando parte de una corta lista de posibles presidentes de la Reserva Federal a partir de febrero de 2018. Se trata de una de las decisiones más esperadas por los mercados porque mientras Yellen implicaría la continuidad del ajuste gradual, la presencia de John Taylor puede significar una suba abrupta de tasas. El problema es que Trump quiere tasas bajas (como Yellen) y menos regulaciones financieras (como Taylor). Una u otra elección tendrá un impacto en los mercados cambiarios en la medida que una suba de tasas fortalecerá al dólar. En algunos mercados emergentes, como es el caso de Brasil, se descuenta que subirá y por eso el real cerró el viernes en su nivel más bajo de las últimas tres semanas.
Además, los avances en materia de reforma impositiva que derivarían en un mayor déficit fiscal que también obligarían a una suba de tasas. Todo conduce a un dólar más fuerte en el corto plazo pero que estaría condicionado por la decisión que tome este jueves el Banco Central Europeo porque si anuncia una reducción de la compra de activos y endurece las condiciones monetarias, el euro podría subir. Los próximos días prometen ser intensos en los mercados cambiarios.
