Cambiemos encara, con sus principales figuras, la recta final de la campaña para las elecciones legislativas de este domingo. Lo hace en distritos particulares, pero nacionalizando su apuesta. Y con un discurso duro contra la candidata de Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner, aunque sin mencionarla. Ayer fue el turno de la ciudad de la Buenos Aires, con la participación de Elisa Carrió, la primera candidata a diputada por Vamos Juntos ?la alianza oficialista?, el presidente Mauricio Macri y con la presencia de María Eugenia Vidal, gobernadora bonaerense.
Al igual que en la previa a las PASO, la versión de Cambiemos en la Ciudad optó por el microestadio de Ferro para cerrar la campaña porteña, con el objetivo de aumentar la diferencia con la oposición y superar el 50% de los votos. Dando por asegurado el holgado triunfo en la Capital Federal, tanto Carrió como Macri nacionalizaron el discurso con un fuerte sesgo antikirchnerista.
“Les vengo a pedir los votos, desde La Quiaca a Tierra del Fuego, en la provincia de Buenos Aires, en Córdoba, en Santa Fe, en Catamarca y en donde sea”, enfatizó Carrió. En una intervención breve, en el clásico formato de escenario 360º y rodeada por las principales figuras de Cambiemos ?el Presidente, Vidal y Ernesto Sanz, entre otros? la diputada de la Coalición Cívica pidió el voto “en contra de las patotas y la prepotencia, en contra de los ladrones y a favor de una Argentina que lidere la región”. Luego puntualizó y exigió que en Santa Fe “pierda (Agustín) Rossi por paliza”, en referencia al candidato del Frente Justicialista, y figura fuerte del kirchnerismo en esa provincia. Hacia allá fue Macri por la tarde. En la ciudad de Rosario, el primer Mandatario respaldó a la lista de Cambiemos en el distrito santafesino. El pasado 13 de agosto la boleta que encabeza Albor Cantard escoltó al peronismo, pero el candidato radical fue el que más votos obtuvo. El Gobierno confía en revertir ese resultado.
“Córdoba ya está, dice el Presidente”, aseguró Carrió, otra vez desde el microestadio de Ferro. La sorpresiva victoria ?por lo amplio de la diferencia? en el segundo distrito más grande el país, hizo que la Casa Rosada se incline por esa provincia para cerrar otra vez la campaña. Como en agosto pasado y como en 2015. Confían en que un buen resultado aminore la representación del gobernador Juan Schiaretti en el Congreso como también su posicionamiento en el peronismo dialoguista. Pero en principal, apuestan a consolidar el sello de Cambiemos en el territorio que les dio el triunfo en el balotaje de los últimos comicios presidenciales.
Casi en simultáneo a la realización del acto en Ferro, la Cámara Federal de la Ciudad ordenaba la detención del exministro de Planificación, Julio de Vido, y reclamó también el inmediato desafuero del diputado, en el marco de la investigación por presunto fraude millonario en los Yacimientos Carboníferos de Río Turbio. “Que caviar, champagne”, exclamó Carrió, al referirse a la cuestión. Horas después, el juez federal Luis Rodríguez le exigió a la Cámara Baja el desafuero del exministro. “Ojo con aquellos que son cómplices de lo que sucedió en la década pasada, los que creen que desde la política, la Justicia, el empresariado o el sindicalismo se puede ser socio del narcotráfico, van a terminar como ellos, todos presos”, aseveró Macri, a su turno.
La campaña seguirá en forma intensa hasta el jueves, día del cierre. En la provincia de Buenos Aires, concluirá con un acto en el partido de Lanús. El municipio del sur del Conurbano es una de las apuestas de Cambiemos, por ser propio (lo administra el macrista Néstor Grindetti) y por haber sufrido una derrota -por escaso margen- en agosto. Hoy, Macri acompañará a Vidal en un acto en La Plata.
