Por Ariel Bazán
Luego de haber superado su primer mes de operatoria con un volumen de 1.152 contratos negociados (unos 1.152.000 kilos vivos), los contratos futuros de ganado se preparan para debutar mañana con una modalidad en dólares.
Si bien el mercado ganadero se rige en pesos, varios actores de la cadena le pidieron al Rofex que implementara la modalidad en dólares. “Operar de esta forma servirá para calzar vencimientos en dólares: por ejemplo, en vez de descontar un cheque en pesos para obtener financiamiento se podría hacer con un pagaré en dólares y calzarlo con un contrato a futuro en dólares”, explicó a El Economista el productor ganadero Gonzalo Bardin.
Marcelo Comisso, jefe de research del Rofex, aseguró que, en esencia, la forma de operatoria de la nueva modalidad será igual al del contrato en pesos: “La cotización por kilo vivo es en dólares, pero el tamaño de cada contrato es el mismo (1.000 kilos de peso vivo) y también los costos y márgenes”. También serán similares “las comisiones por derecho de mercado, del 0,024% del valor del contrato (bonificadas hasta el 30 de noviembre), a lo que luego se sumará lo que el productor negocie con cada agente”.
Según el especialista, la nueva modalidad simplificará la operatoria para un productor que hoy debe negociar un contrato en pesos y luego tomar cobertura en dólares con otro contrato futuro porque podrá hacer ambas operaciones en una única operación. Pero a nivel cobertura el impacto será el mismo, ya que “en un contrato a futuro en pesos está metido implícitamente en el precio todas las expectativas futuras, como la inflación y el tipo de cambio”.
Contratos en pesos
Hasta ahora, los contratos de ganado en pesos vienen teniendo una tímida adhesión para un sector que, a diferencia del que produce granos, no está acostumbrado a estas herramientas financieras. Pero los que se animaron pudieron ver de primera mano sus beneficios, como ocurrió con Bardin, que se dedica al ciclo completo de ganadería (cría, recría y engorde en feedlot).
En su caso, como las inundaciones no permitieron encerrar los animales en el corral para engordarlos y necesitaba cancelar vencimientos, sólo tenía dos alternativas: vender el ternero sin engordar, perdiendo capital, o financiarse de alguna manera para poder engordar esos animales y venderlos más caros. “Lo que hicimos entonces fue descontar un cheque a través de una SGR a una tasa del 27,5% y vendimos un futuro de novillo a febrero, con lo que calzamos los vencimientos del cheque con el contrato futuro con una tasa del 45%. Así, podés seguir con tu operatoria de engorde normal sin tener que descapitalizarte (vendiendo los terneros) y calzás vencimiento y tasa”, explicó.
Sin este instrumento las opciones son más limitadas, ya que “igual se pueden descontar cheques pero no sabés a qué precio vas a vender a futuro” el ganado, mientras que “con este instrumento estás fijando un precio de venta y una tasa”. En ese sentido, Comisso sostuvo recientemente que la ganadería, “como cualquier actividad gobernada por cambio climático, tiene fluctuaciones” y hasta ahora el productor no tenía “forma de cubrir sus precios”. Y tampoco los frigoríficos podían “cubrirse de una suba de precios provocada, por ejemplo, por una reducción de la oferta de ganado ante una eventualidad”.
Por eso, sostuvo Comisso, poder fijar un precio a futuro permite “mitigar el riesgo de precios” y “dar sustentabilidad de largo plazo al negocio, aún al costo de resignar una porción de la rentabilidad (para pagar el contrato futuro)”. Esto, además de darle más previsibilidad al negocio, permitirá que haya una mayor transparencia de precios en la cadena y que los productores puedan liberar capital para otros destinos.
