El Gobierno avanza con su plan de puesta a punto de los aeropuertos, un factor clave para el crecimiento del transporte aéreo y del negocio de las aerolíneas low cost. El ministro de Transporte de la Nación, Guillermo Dietrich, inauguró ayer la primera torre de control de Aeroparque. Lo acompañaron Agustín Rodríguez, presidente de la Empresa Argentina de Navegación Aérea; Patricio Distéfano, presidente del Organismo Reguladores del Sistema Nacional de Aeropuertos; y ejecutivos de LATAM, Aerolíneas Argentinas y Andes.
Desde el Ministerio de Transporte destacaron que “se trata de la primera torre de la terminal aeroportuaria, puesto que la instalación que hasta ahora funcionaba como tal es en realidad una oficina montada en una terraza, con un complicado acceso y espacio insuficiente”.
Consultado por El Economista durante la presentación de la nueva torre de control en Aeroparque, el ministro de Transporte Dietrich precisó que la inversión en la obra inaugurada trepó a los US$ 4 millones en tecnología mientras que los desembolsos en infraestructura llegaron a $ 170 millones.
Durante la presentación, Dietrich también dijo que “estamos dando un paso más en la revolución de los aviones, con esta nueva torre que es modelo de lo que van a ser las torres de control en nuestro país con la tecnología moderna que existe a nivel mundial. Queremos que cada vez más gente pueda volar en la argentina y que nuestras provincias estén cada vez más conectadas para poder desarrollarse”.
La nueva torre, que estará 100% operativa a partir de octubre, tiene mayor altura y una visión de 360 grados lo que permite observar las aproximaciones de toda la terminal incluido la vista sobre el Río de la Plata. Se trata, además, de la primera torre del país que permite el acceso a personas con movilidad reducida.
La obra cuenta también con una nueva sala de instrucción específica, donde los operadores del servicio aéreo recibirán capacitación continua. Incorpora además estándares de seguridad incluyendo un nuevo sistema antiincendio, salidas de emergencia y un sistema de provisión de energía ininterrumpida.
Nuevo sistema de Indra
En cuanto a la nueva tecnología se instaló un sistema de gestión de tránsito aéreo (Indra) de carácter autónomo que sigue operando en caso de que se interrumpa la conexión y coordinación con el Centro de Control Aéreo de Ezeiza. La inversión incluye también un nuevo sistema digital de carga de datos de todos los vuelos que ingresan y egresan a Aeroparque y que viene a reemplazar el sistema papel. La nueva tecnología reduce la posibilidad de error en la carga de datos y permite acceder en tiempo real a las estadísticas y auditorías. Se trata de tecnología estándar que ya funciona en los principales aeropuertos del mundo. Así, Aeroparque se convirtió en el primero de Argentina en emplearla. También la nueva torre de control de Ezeiza, hoy en día en ejecución, contará con esta tecnología al igual de que las demás torres que se modernicen en el país.
Durante la presentación, el equipo de Transporte también explicó que en Aeroparque piensan mudar el actual estacionamiento de autos para ubicar allí un estacionamiento de aeronaves. “Esto nos va a permitir que las tres empresas que hoy operan cuenten con mayor capacidad en Aeroparque para ubicar sus aviones” aclararon.
Para ello, se espera para fines del primer semestre del año que viene incorporar nuevas posiciones en la torre. También destacaron que la nueva torre de control permite operar en un entorno mucho más cómodo para el personal.
Las obras desarrolladas en forman parte del plan nacional de modernización de aeropuertos que lleva adelante el Ministerio de Transporte en 19 terminales de todo el país, con una inversión prevista de $ 23.000 millones. De esta forma, la de Aeroparque es la segunda torre de control inaugurada, luego de la de Iguazú. También continúan las obras en la torre de control de Ezeiza y el año que viene se levantarán a nuevo las de Jujuy, Comodoro y Tucumán.
El plan es defendido desde el Gobierno y buena parte del mercado aéreo ya que la Argentina cuenta con un déficit de infraestructura en las terminales.
