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¿La siembra directa ayuda a prevenir inundaciones?

“La siembra directa no es la solución a las inundaciones, sino que es parte de la solución”, sostienen desde Aapresid

19 septiembre de 2017

Las consecuencias de los excedentes de agua que hoy aquejan al campo argentino, vuelven a alertar sobre el uso y el cuidado del suelo. Esta es una de las mayores preocupaciones que la Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid) intenta poner en primer plano, haciendo foco en el eje de las Buenas Prácticas Agrícolas como premisa fundamental para una agricultura que preserve los recursos naturales y que puede ayudar a evitar los problemas que sufren los argentinos en estos días. Desde Aapresid, sostienen que la siembra directa contribuye a prevenir inundaciones.

Los argumentos

El presidente de la organización, Pedro Vigneau, explica que “este método ayuda a evitar escurrimientos de agua e inundaciones”. Este sistema que no remueve el suelo y lo mantiene cubierto con residuos de la cosecha anterior mejora las condiciones para amortiguar la caída de la lluvia y “hace que el suelo se convierta en una esponja que absorbe y guarda el agua de lluvia”. Aclara que “la siembra directa no es ´la solución´ a las inundaciones, sino que es ´parte de la solución´, ya que nos enfrentamos a consecuencias del cambio climático”. Además, plantea que para enfrentar estos problemas es necesario un trabajo conjunto, involucrando diferentes actores públicos y privados.

Por su parte, David Roggero, vicepresidente de la institución y miembro de la Regional Laboulaye argumenta: “Este sistema permite un mejor y más rápido movimiento del agua y el aire a través de los poros del suelo. Al no mover la tierra, los poros son más grandes y estables que en la agricultura tradicional.”

Desde Aapresid, afirman que la siembra directa no es un factor que provoque inundaciones, sino por el contrario, contribuye a que no suceda. Fundamentan que “los suelos desnudos (sin cobertura) y desmenuzados por el efecto de las labranzas (de la antigua agricultura) son los que se impermeabilizan apenas comienza la lluvia, acumulan agua en superficie y comienzan a escurrir perdiendo agua y suelo”.

Posibles soluciones

María Beatriz Giraudo, presidenta honoraria de Aapresid, advierte que “la capacidad de cada suelo tiene un límite”. Por tal motivo, es fundamental contar con obras para el manejo de los excedentes de agua que deben ser planificados a nivel de cuenca y construidos desde el lugar más bajo (que recibe agua) hacia el más alto (que vuelca agua). En tanto, para Leandro Ventroni, gerente del programa Sistema Chacras de Aapresid, el problema es Agro-Hidrológico y considera que “se deben plantear soluciones integrando medidas que contemplen infraestructura básica, hidráulica, y medidas de manejo de suelos y cultivos”.

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