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La fuga creció con fuerza en agosto (pero aflojó tras las PASO)

Las compras de billetes totalizaron US$ 3.554 M, “registrando un máximo desde octubre de 2008”, admitieron desde el BCRA

20 septiembre de 2017

La foto de agosto del MULC fue bastante representativa de la película que se viene observando, pero un poco exacerbada: la formación de activos externos (FAE, también conocida como fuga) se multiplicó notablemente y llegó a US$ 3.165 millones en términos netos. El cuadro se sigue agravando con el rojo que continúan dando el turismo y los intereses de la deuda pública, por un lado y lo poco que compensan los bienes y la inversión, por el otro.

Fugando en el MULC

Dato insoslayable: la fuga se aceleró mucho en las semanas previas a las PASO y después se desaceleró. Pero aun así el dato de agosto estuvo a la altura de momentos críticos en materia de fuga, como fueron 2008 y 2011.

El BCRA aclaró en el informe de evolución del MULC publicado ayer: “Cabe destacar que, estas compras tuvieron una tendencia creciente durante las primeras dos semanas previas a las PASO, pero decrecieron para el período posterior a esta instancia electiva. En efecto, en el período previo a las PASO, las compras netas de billetes de clientes ascendieron a US$ 132 millones diarios mientras que, pasada esta instancia, promediaron US$ 85 millones por día”.

Aun así, el nivel de fuga viene siendo altísimo y se multiplicó en agosto. Como ejemplo: en junio las compras netas de la FAE fueron de US$ 1.020 millones, acorde con el ritmo que venía trayendo. En julio más que duplicó y llegó a US$ 2.474 millones. Y agosto ya trepó a niveles históricos.

“En términos brutos, las compras de billetes totalizaron US$ 3.554 millones, registrando un aumento respecto del mes previo de unos US$ 500 millones y registrando un máximo desde octubre de 2008. Estas compras fueron realizadas por 1.075.020 clientes, máxima concurrencia observada desde la liberación del mercado en diciembre de 2015 y que representó un incremento de 100.000 clientes respecto a lo observado en julio de 2017”, indicó el BCRA.

Dato interesante es la cara contraria a la fuga: la inversión de no residentes. Ahí tampoco se ven señales de gran confianza inversora y la que traccionó fue la de cartera, con la productiva y real muy por debajo. En total ingresaron US$ 1.143 millones en términos netos. De ellos, las de cartera alcanzaron los US$ 1.010 y las directas sólo US$ 133 millones. De las de cartera, virtualmente la mitad fueron a pesos y la otra mitad a dólares (para títulos del Tesoro).

Postergar la restricción

El economista jefe de Ecolatina, Lorenzo Sigaut Gravina, dijo a El Economista: “Uno dice: 'Argentina no chocó contra la restricción externa'. Bueno, no chocó porque tiene financiamiento fluido significativo. No es imposible de conseguir pero cualquier revés puede hacer que esa restricción externa que estás alejando con endeudamiento externo del sector público esté a la vuelta de la esquina”. El panorama de cuenta corriente deficitaria y financiamiento vía deuda del Tesoro siguió su camino en agosto. La cuenta corriente dio un rojo de US$ 1.139 millones, en línea con lo que se viene observando. Volvió a liderar el sector servicios, acompañado por el ingreso primario (intereses y remisión). Los bienes compensaron apenas. El déficit fue compensado con un ingreso fuerte vía endeudamiento del sector público.

Cuenta corriente roja

El negativo de US$ 1.139 millones se explicó especialmente por la salida de divisas que genera el turismo, debian al atraso cambiario que viene generando un dólar relativamente anclado, con una inflación aun en niveles inerciales. De hecho, el sector servicios dio un rojo de US$ 1.044 millones, impulsado principalmente por los US$ 879 millones negativos que dio el turismo. Al respecto, el BCRA detalló: “En el 2017 se acumula un déficit de unos US$ 7.380 millones, mientras que para el período análogo del año previo la salida fue de US$ 5.600 millones, lo que implica un incremento interanual de 32% en el déficit. Esta variación guarda relación con la observada en la Encuesta de Turismo Internacional (ETI) del Indec, donde la variación interanual acumulada para lo observado en el periodo enero-julio fue de 29%”. Le siguió el ingreso primario con un rojo de US$ 413 millones, de los cuales US$ 220 millones correspondió a la remisión de utilidades y US$ 193 al pago de intereses, que en un 62% correspondieron al sector público.

Cuenta capital verde

Como contracara, la cuenta capital y financiera dio un superávit de US$ 2.137 millones, explicado principalmente por el sector público y su acceso a endeudamiento. De hecho, el sector privado no financiero dio un saldo negativo de US$ 1.804 millones, con la mencionada fuga como protagonista y las inversiones compensando poco, y el sector financiero uno también negativo de US$ 568 millones. Así, la del sector público dio un superávit de US$ 3.974 millones que explicó el superávit financiero y que fue a su vez explicado por los ingresos de moneda extranjera del Tesoro Nacional por la ampliación del Bonar 2024, destinados a una repo con un grupo de entidades, por US$ 4.200 millones, y por las colocaciones de Letras del Tesoro denominados en dólares por US$ 1.970 millones.

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