El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 26°C

Fiesta interminable en la Bolsa, la pulseada de Dietrich y la marcha de la desinflación

Los activos financieros vuelan, el ministro de Transporte pelea su mayor batalla y los precios suben (pero algo menos)

08 septiembre de 2017

Por Leandro Gabin

El panorama financiero para Argentina sigue siendo óptimo. El Merval en récord, los bonos cerca de los niveles máximos en la era Macri, el riesgo país debajo de los 400 puntos básicos (mínimos del 2007), el dólar congelado y las reservas creciendo más de US$ 3.000 millones desde que pasaron las elecciones primarias pintan el cuadro de exitismo que vive el mundo de las inversiones.

Nadie se quiere bajar por ahora de los activos locales, a pesar de la necesaria (y sana) toma de ganancias. Sucede que en el exterior ya hicieron sus apuestas: Cambiemos ganará en octubre y la economía crecerá a una tasa anualizada de casi 5%. Ya muchos esperan que el año que viene se crezca en torno al 3,5% o más. El horizonte para los que ponen sobre la mesa su dinero y apuestan a Argentina está muy despejado, más en lo político que en lo económico (sobre el cual aún hay dudas). Creen que los papeles argentinos, por ejemplo, están baratos en comparación con sus pares de la región. A pesar del rally de ciertas acciones (el Merval arriba más de 40% en el año), muchos sectores siguen atrasados. Ahora la apuesta de moda, además de los tradicionales como YPF, Banco Macro y Pampa (estos dos últimos vuelan 79% y 95% en el año, respectivamente) es para los papeles ligados a la economía real y, en esa lista, suena Siderar, del Grupo Techint.

(Algunas) luces

Pero algunos bajan los decibeles a tanta espuma y alertan por los conflictos en la economía global que, más allá de lo que pase localmente, impactaría en los activos argentinos. Por ahora hubo un pequeño divorcio entre los nubarrones que azotan a la economía mundial y el Merval. Pero muchos creen que las superganancias tienen las horas contadas, más aún si el clima externo se da vuelta. De todas formas, los especialistas de Wall Street creen que los mercados emergentes tienen mucho para ganar aún. De hecho, de esto se hablará el lunes en las oficinas del banco UBS, en Nueva York, cuando varios ejecutivos se reúnan para debatir cómo sigue la película para el mundo emergente, incluida Argentina.

Ante un auditorio que se espera colmado, y con entradas que valen US$ 695 para los que no son socios, estarán presentes Rafael de la Fuente (UBS), Gunter Heiland (Gramercy), Gordian Kemen (Morgan Stanley), Eric Fine (VanEck) y Alberto Bernal (XP Securities). Un paper del fondo inglés Ashmore Group dice que los episodios de volatilidad del mercado son a menudo causados por los shocks que emanan fuera de los emergentes. “Sin embargo, los fundamentos de los Emergentes han demostrado ser resistentes a los pánicos de los inversores. Los fundamentos de estas economías reflejan las muchas mejoras, económicas y políticas que han tenido lugar en las últimas décadas”, detalla. Ergo: sigue el optimismo.

El viaje de “Guillo”

Lo que no parece tan despejado es la pulseada que tendrá el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, con los sindicatos aeronáuticos. Los últimos días explotó el ministro que desplazó a Isela Costantini precisamente por sus “excesivas concesiones” a los gremios. Dietrich disparó contra Ricardo Cirielli (APTA), Pablo Biró (APLA), Edgardo Llano (APA) y Rubén Fernández (UPSA), quienes buscan boicotear el ingreso de las aerolíneas low cost a Argentina.

La audiencia pública de esta semana, la segunda en el año, volvió a dejar sabor a poco. La resistencia desde los sindicatos tiene, según el Gobierno, una única razón: perderán poder. Eso es lo que quiere, además de sumar más rutas, el ministro de Transporte para quien el tema de las low cost va más allá. En medio de las tensiones en Aeroparque por las demoras que generaban los sindicatos, se sigue negociando la paritaria 2017-2018 en Aerolíneas Argentinas. Tuvo que dictar la conciliación obligatoria el Ministerio de Trabajo a fin de mes para frenar un inminente paro.

Ahora, los gremios, descontentos, tampoco quieren dar el brazo a torcer y se escucha en el sector que las medidas de fuerza llegarán más pronto que tarde. Aerolíneas propuso un aumento salarial del 14,5% que fue descartado de plano por los cinco sindicatos. Según Aerolíneas, con el aumento paritario del año anterior cercano al 40%, se recuperó la eventual pérdida de salario, y la propuesta para el período siguiente estaría en línea con las previsiones inflacionarias oficiales. Esto es lo que no aceptan los gremios que siguen pidiendo por la “inflación pasada”.

Para esta altura del año, en 2016, a Isela los sindicatos le hicieron la vida imposible y ella claudicó. Dietrich quiere tomar la posta con la idea de “mano dura” y hacer saber que se vienen tiempos difíciles, tanto por la paritaria como por las nueva rutas. “Se les corta un negocio a los gremios. Y ellos no lo quieren soltar, ese es el tema. Nosotros creemos que el diálogo va a seguir pero no vamos a dejarnos pasar por encima, como tampoco permitiremos que se demoren vuelos por medidas de fuerza. Todos los gremios están hablando con las compañías y llegarán a un solución, pero sin paros ni demoras”, explicaban desde la cartera de Transporte.

La batalla madre

En el corto plazo, el Gobierno festeja que la inflación sigue más controlada a pesar de que será difícil que baje de 1% mensual. El dato oficial de agosto se conocerá la semana que viene y se espera, según privados, en torno al 1,5%. En Casa Rosada le restan unas décimas y el dato que se empezó a filtrar indicaría 1,3% “o un poquito menos incluso” para la medición del mes pasado. Falta poco para saber.

A pesar de los buenos indicadores por la inflación, Federico Sturzenegger no tocará las tasas también el martes. Los pases en 26,25%, en conjunto con las elevadas tasas de Lebac (en torno al 27%) buscan que las perspectivas hacia adelante se terminen alineando en la meta versión 2018, que será el 10%.

Saben en Reconquista 266 que la núcleo se resiste a ajustar y que a fin de año habrá otro salto de los precios. “Los indicadores de alta frecuencia monitoreados por el BCRA sugieren que el proceso de desinflación continúa y que la inflación de agosto habría sido inferior a la de julio. No obstante, la inflación núcleo se ubica por encima de los valores buscados por el BCRA”, destacó ayer la entidad en su informe monetario mensual. Todo dependerá de cómo se vayan encaminando los aumentos de precios programados para después de octubre que impulsarían al IPC. En el Gobierno, además de eso, siguen negociando lo que creen que será el golpe más duro para los bolsillos: el incremento en las tarifas de transporte. Es una discusión entre la necesidad de bajar el sistema perverso de subsidios (y por ende el déficit) y los deseos de que no pegue de lleno en la recuperación de la economía ni el ánimo de los consumidores. Política versus el Excel, dilemas poselecciones.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés