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La desocupación bajó al 8,7% en el 2T, pero el empleo no arranca

Los datos de la EPH sobre el mercado laboral no variaron mucho respecto del mismo período de 2016

15 septiembre de 2017

Por Juan Strasnoy Peyre

Los indicadores del mercado laboral del segundo trimestre publicados ayer por el Indec siguen sin mostrar un escenario alentador. Los datos recolectados en la Encuesta Permanente de Hogares no tuvieron cambios significativos respecto del mismo período de 2016, en el momento en que la recesión del año pasado era más acentuada, e incluso el organismo que conduce Jorge Todesca señaló que las variaciones “están contenidas en el error muestral”. Es que la caída de la tasa de desocupación del 9,3% al 8,7% no se explica por la creación de nuevos puestos de trabajo, sino por una reducción en la tasa de actividad, que pasó del 46% al 45,4%.

Escenario

Las personas ocupadas pasaron de ser 18,14 a 18,23 millones, lo que implica un crecimiento en términos absolutos del 0,5%, bastante por debajo del crecimiento demográfico de alrededor del 1% anual. Por eso, la tasa de empleo retrocedió del 41,7% al 41,5%, lo que significa que una mayor cantidad de trabajadores se quedó sin trabajo. “De alguna manera, si bien la actividad económica mejoró respecto a ese período 2,6%, según el EMAE del Indec, el empleo se mantuvo sin mayores variaciones”, planteó Daniel Schteingart, analista del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET).

La consultora LCG conicidió en que “la creación de empleo ha sido muy moderada” y posó su mirada en la caída de la tasa de actividad porque “implica que muchos trabajadores abandonaron la búsqueda laboral”. En concreto, la población económicamente activa (PEA) (ocupados más desocupados que buscan trabajo) se redujo 0,2% interanual, mientras que la población creció 1%. Así, LCG explicó que “de los 78.000 trabajadores que abandonaron su condición de desocupados, 48.000 encontraron empleo y 30.000 se volvieron inactivos, es decir, dejaron de buscar activamente un trabajo. Estos últimos se sumarían a las 136.000 personas que, dado el crecimiento vegetativo, deberían haber ingresado al mercado y no lo hicieron”.

Los datos recolectados en la EPH tuvieron cambios significativos respecto del mismo período de 2016, en el momento en que la recesión del año pasado era más acentuada, e incluso el Indec señaló que las variaciones “están contenidas en el error muestral”

¿Cómo se explica la caída en la tasa de actividad? Las habituales hipótesis contrapuestas hablan o de un “efecto desaliento” por la imposibilidad de encontrar un empleo o bien de una mejora en los ingresos de otros integrantes del grupo familiar, menos verosímil a la luz de la información oficial disponible. Para LCG, “cualquiera haya sido la causa de la caída, el efecto sobre la tasa de desempleo ha sido rotundo. Corrigiendo por este factor (es decir, asumiendo una tasa de actividad del 46%), con el nivel de ocupación actual, la tasa de desempleo habría sido de 9,9% (+0,6 punto porcentual); 1,2 puntos superior a la reflejada en el 2T de 2017”.

El dato positivo que rescata la consultora es la baja en la tasa de subocupación (que compara la población que trabaja menos de 35 horas semanales por causas involuntarias con la PEA): pasó del 7,7% al 7,4%.

En definitiva, Schteingart consideró que “habrá que esperar a datos del tercer trimestre para ver si se nota una mejoría más clara en el mercado de trabajo. Los datos del segundo trimestre 2017 muestran una estabilidad comparada contra el peor momento de la recesión del año pasado, lo cual ciertamente no debe ser motivo de euforia alguna”.

El conurbano preocupa

En el análisis por regiones, las situaciones más complicadas se dieron en el conurbano y en la Patagonia, mientras que el NOA fue la única en la que la tasa de empleo creció (del 39,6% al 40,6%).

En los partidos que conforman el Gran Buenos Aires hubo una importante caída de ese indicador, que pasó del 40,5% al 40%. Para el investigador del IET, era algo “previsible dado que se trata del principal cinturón industrial del país, y la industria es el sector que más empleo expulsó”. De hecho, en el conurbano se concentró más de la mitad de la población desocupada de los 31 aglomerados urbanos cubiertos por la EPH (585.000 respecto de 1,088 millones), al tiempo que su tasa de desocupación del 10,9% superó en 2,2 puntos al 8,7% promedio y fue 3,8 puntos mayor a la del conjunto de los aglomerados del interior (7,1%).

La mayor disminución en la tasa de empleo se dio en la región más austral de país, donde pasó del 41% al 39,7%. “Ello se explica mayormente por la caída del empleo en el sector petrolero y sus efectos concomitantes en otros sectores de las provincias petroleras”, sostuvo Schteingart. En tanto, en el NEA y en Cuyo las caídas fueron menores: del 38,5% al 38,1% en la primera y del 40,4% al 40,1% en la segunda.

Finalmente, los datos de la Ciudad de Buenos Aires (del 51,4% al 51,3%) y la región Pampeana (se mantuvo el 41,4%) fueron los más estables.

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