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Desinflación a paso lento

La inflación se mueve a velocidad crucero y el IPC núcleo sigue siendo un dolor de cabeza para el BCRA. ¿Cómo sigue la película?

13 septiembre de 2017

Por Matías Carugati Economista jefe de Management & Fit

La inflación se mueve a velocidad crucero. Los precios minoristas avanzaron 1,4% durante de agosto y, si bien quedaron 0,3 puntos por debajo del 1,7% correspondiente a julio, se mueven a un ritmo de 23% anual. Este rebote se debe a que en agosto del año pasado el IPC había sido afectado por el tema tarifario (la Justicia había ordenado retrotraer las tarifas). Los datos dejan en evidencia que la inercia de la inflación se mantiene vigente y es lo que le impide ubicarse alrededor del 1% mensual, tal como desea el BCRA. Un aspecto positivo para resaltar es que la depreciación ocurrida días antes de la elección no parece haber tenido fuerte impacto sobre la inflación. De todos modos, la dinámica de los precios está desalineada con la meta para este año. Si bien el BCRA mantiene su compromiso, implícitamente reconoce que será casi imposible alcanzar el máximo de 17% anual, razón por la cual se está focalizando en cerrar el 2017 con una inflación más consistente con su objetivo para 2018 (10%, con una tolerancia de +/- 2%) y en alinear unas expectativas que están relativamente ancladas, pero en un nivel elevado.

La inflación núcleo sigue siendo un dolor de cabeza para el BCRA. La evolución de los precios “libres” muestra una persistencia complicada. En el año promedian una suba mensual de 1,7%, menos que el 2% promedio de 2016, pero más de lo contemplado por el BCRA para alcanzar la meta de inflación (ver gráfico). La inflación subyacente se ha visto afectada durante 2017 por el impacto indirecto de los aumentos en precios regulados, pero sobre todo por la inercia inflacionaria. Aunque la desinflación es notoria y el BCRA ha ganado credibilidad en su lucha contra la suba de precios, el proceso de formación de expectativas aún no ha acusado recibo en 100%. En otras palabras, la inflación pasada continúa siendo, en cierta medida, una guía útil para proyectar precios hacia delante, lo cual termina afectado la inflación observada. El gradualismo de la política económica, sobre todo de la pata fiscal, explica por qué no hubo un “shock” de expectativas que permitiese alinearlas con los objetivos del Gobierno.

En este contexto, la baja de tasas de interés se demorará más de lo anticipado. Con expectativas desalineadas y una inflación que no cede lo suficiente, es lógico esperar una continuidad en la rigidez monetaria. En efecto, el BCRA decidió mantener inalterada la tasa de referencia en 26,25% anual, en línea con las acciones en el mercado primario de Lebac (se mantuvo en 26,5% la tasa para el plazo más corto, aunque se “aplanó” la curva de rendimientos al elevar las tasas de plazos más largo) y en el secundario (se cambió la pendiente negativa por una positiva). Hacia delante, los analistas no esperan que el BCRA relaje las tasas hasta octubre y, en comparación con las proyecciones previas, los recortes serían más pausados y leves. Aunque no se prevea un impacto fuerte sobre la inflación (por caso, el crédito al sector privado viene muy dinámico), ciertamente el consenso de mercado es que el Banco Central mantiene su compromiso en lograr una inflación baja y estable a pesar de las presiones políticas en un año electoral.

Generar credibilidad no es una tarea fácil. Con la meta del 17% para este año casi descartada (la inflación debería promediar un 0,6% mensual), el BCRA tratará de torcer las expectativas para el año próximo. Para dar una idea de las dificultades que enfrenta, el máximo de la banda objetivo (12% anual) es consistente con una inflación promedio mensual de casi 1%, cifra que no se observa desde 2009. Ello debería ocurrir en el marco de una inflación esperada de casi 16% anual (y en ascenso, ya que era 14% cuatro meses atrás) y con subas programadas para los precios regulados (tarifas de servicios públicos incluido transporte, que aún no ha sufrido cambios). Habrá que ver como actuará el BCRA en este complejo escenario.

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