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Quintana-Lopetegui ya eligieron los últimos dos directores del BCRA

Los “ojos” de Macri quieren tener más control sobre Sturzenegger para evitar que se corte solo con algunas decisiones

22 agosto de 2017

El triunfo en las PASO que obtuvo el Gobierno aceleró algo que, en la intimidad, se venía cocinando desde que se tomó la decisión de echar a Pedro Biscay del directorio del Banco Central: ocupar los asientos que están vacantes. Al momento de ser eyectado el último director kirchnerista de la entidad, quedaban tres puestos a ser cubiertos. Rápidamente uno de ellos fue para el economista Enrique Szewach, ex vice del Banco Nación cuando estuvo Carlos Melconian y de muy buena relación con Federico Sturzenegger. Ahora quedan dos puestos que serán cubiertos lo antes posible. Los nombres estaban guardados bajo siete llaves y son parte de la nueva impronta que él área económica de la Jefatura de Gabinete, léase la dupla Mario Quintana-Gustavo Lopetegui, quiere otorgarle al Banco Central. De hecho, la expulsión de Biscay, que tomó por sorpresa a varios, se enmarcaba en algo mucho más amplio que la salida de un director. Tenía que ver justamente con esta idea que tiene el ala política del Gobierno de colocar nuevas personalidades en el banco que, de alguna manera, termine con el aislamiento que tenía Sturzenegger y sus funcionarios de las opiniones en Casa Rosada.

Según trascendió, los dos puestos a serán cubiertos uno por una mujer y el otro por un hombre. En ambos casos, son economistas ligados al peronismo. Marina Dal Poggetto, socia junto a Miguel Bein en su estudio (otrora usina de pensamiento económico para la campaña presidencial de Daniel Scioli), y Guillermo Nielsen (ex secretario de Finanzas de Nestor Kirchner y asesor de Sergio Massa). Actualmente, los directores responden en su totalidad a Sturzenegger.

Oídos monetarios

El Ejecutivo quiere tener oídos en el directorio y tratar de plasmar su impresión más política que técnica de los asuntos urticantes como el manejo del dólar y las tasas. En un primer momento sonaban nombres también conocidos como Mario Blejer, un economista respetado que fue uno de los primeros en admitir que Scioli hubiera hecho las cosas bastante parecidas a Cambiemos por lo menos en lo económico- de haber accedido al poder. Pero Blejer, ex titular de Reconquista 266, no tenía intenciones de tomar el puesto de director. También llego a sonar el nombre de Gustavo Marangoni, que estuvo al frente del Banco Provincia hasta el 2015, un politólogo que supo tejer buenas relaciones con el macrismo. Pero su condición de “no economista” le habría jugado en contra, si bien hay otros directores que no profesan esa profesión.

“Lo de Marina es el cupo femenino que necesita el BCRA, además ocupado por alguien que tiene muy buena imagen y llegada en la entidad”, comentan fuentes ligadas a la cuestión. “Cierra perfecto”, agregan.

Lo concreto es que tanto Nielsen y Dal Poggetto vienen a instalar otra mirada de la política monetaria y cambiaria no tan “sesgada” como la mayoría de los directores elegidos por Sturzenegger. Ambos, incluso, han escrito y manifestado sus críticas al BCRA. Dal Poggetto, por ejemplo, siempre pensó que las tasas altas ahogan la economía y que la entidad fue demasiado obsesiva en plantear una meta tan ambiciosa de inflación. La experimentada economista cree que el sendero de la desinflacion podría haber ocurrido sin tanto ajuste al nivel de actividad y que se debería haber planteado la meta más los puntos que le agregaba el sinceramiento tarifario. Así, la meta en lugar de haber sido 17% tendría que haber sido 21% o 22% (algo más creíble). Sea como sea la dupla Quintana-Lopetegui intentará que estos dos nuevos directores, provenientes no precisamente de la ortodoxia económica, actúen como contención de la voz única que rige en el BCRA.

Por el momento, el directorio del BCRA está formado, además de Sturzenegger, Lucas Llach (vice), Demian Reidel (vice Segundo) y Mariano Flores Vidal (gerente general), por seis directores que participan de todas las decisiones: Horacio Liendo, Francisco Gismondi, Pablo Curat (quien fuera el emisario de Alfonso Prat-Gay), Enrique Szewach y Fabián Zampone. La idea de Jefatura de Gabinete es ocupar las dos plazas restantes lo antes posible y con previa negociación con el peronismo no kirchnerista, obviamente. También circuló el rumor de que podrían impulsar algunos cambios como, por ejemplo, que se publiquen las actas con las decisiones del directorio como ocurre en la Reserva Federal de Estados Unidos y conocer cómo vota cada director las propuestas que se llevan a la mesa.

Más transparencia, pero también más control para Sturzengger por parte de Quintana-Lopetegui, dos hombres que en privado le critican al banquero central ciertos errores en la manejo de la devaluación preelectoral y en las tasas tan altas para domar la inflación (en realidad, para acercarse a su ambiciosa meta de hasta 17% para este año).

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