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Mirando al norte

Siempre existen imponderables y una cartera debe contemplar no sólo el escenario que consideramos más probable sino varios alternativos

16 agosto de 2017

Por Diego Falcone Head Portfolio Manager de Cohen

El 26 noviembre de 2015, cuatro días después del triunfo de Mauricio Macri, la noticia más relevante en la sección de política internacional del Daily Mail fue la extraña orden que imponía a todos los jóvenes de Corea del Norte un corte de pelo similar al de su líder: Kim Jong-un.

La semana pasada, en el programa “Last Week Tonight” de John Oliver (domingos a las 23 por HBO), supimos que tal orden fue un invento de los medios de comunicación occidentales (“fake news”, diría Donald J. Trump). De todas formas, hoy por las calles de Pyongyang vemos a todos (jóvenes, viejos, mujeres y niños) con el mismo corte de pelo, y queda claro que en el comunismo nadie puede hacerse el original (salvo el líder, of course).

Pero por estos días, las cuestiones de peluquería le ceden el protagonismo al temor de estar cada vez más cerca del holocausto nuclear: la falta de frenos inhibitorios en Trump y la ausencia de contrapesos a la voluntad del dictador norcoreano nos tienen a todos acojonados (en realidad, más a las naciones desarrolladas que a nosotros, porque después de 12 años K, ni la bomba atómica nos asusta).

La buena noticia es que Kim Jong-un es un dictador inteligente, frío y calculador. Lo imagino desvelado, con una bata roja y recorriendo en soledad los largos pasillos de su palacio mientras repasa en su mente el final de otros dictadores como Saddam Hussein y Muhammad Gaddafi: sometidos a todo tipo de ultrajes y luego muertos. Por eso, nada mejor que hacerse de un arsenal nuclear y amenazar a todos con desatar un infierno de fuego y furia (en realidad, esto último lo dijo el Presidente de EE.UU.).

Lo divertido de la situación es cuando los analistas de política internacional comparan esta situación con la Crisis de los Misiles en Cuba (1962). En aquel momento, John F. Kennedy y Nikita Kruschev usaron toda sus cualidades de estadistas para bajar la tensión y salvar a la humanidad pero, esta vez, el intercambio de amenazas entre Trump y Kim Jong-un tiene tanta gracia como la secuela en 2014 de “Los bañeros más locos del mundo” con Emilio Disi, Pablo Granados y Pachu Peña.

Un plan para octubre

La visita de Mike Pence, vicepresidente de EE.UU., a menos de 24 horas de las PASO, supone un fuerte respaldo para Mauricio Macri. Su presencia cobrará más peso en el futuro, si las investigaciones sobre el “Russia Gate” aceleran la salida del actual Presidente y la llegada de este ultra conservador (moral) al Salón Oval. Cambiemos pareciera adelantarse al mismo futuro (¿se acuerdan del segundo semestre que llegó pero un año más tarde?). De todas formas, siempre es mejor que regresar al pasado como pretende la “Unión Ciudadana” (ex-FpV).

Este lunes muchos se despertaron del pesimismo crónico y consultaban qué hacer con sus inversiones después de la sorpresa del domingo: lamentablemente ya era tarde para eso. Los planes se arman con antelación y, por esa razón, nuestra recomendación para el día después de las PASO fue apostar el 60% de la cartera al escenario optimista (“triunfo” de Cambiemos) y 40% al “cristinazo” (hay que cubrirse porque no somos infalibles).

Hoy el mercado está incorporando en los precios la nueva información (por eso baja el dólar y suben los bonos y las acciones). Ya llegará el momento para empezar a delinear el plan para octubre (este partido todavía no terminó).

La estrategia para la próxima cartera dependerá de cuándo el tipo de cambio encuentre un piso en los próximos días (todavía no lo sabemos) y dónde se estabilicen los precios de los bonos. Lo que podemos anticipar es que bajó el riesgo a una apuesta de largo plazo en Argentina (pienso en el bono a cien años) como (obviamente) la rentabilidad esperada. Con este mayor margen de seguridad, las apuestas deberán ser más grandes.

¿Qué monitorear?

La economía local no es un problema. No lo fue para las PASO y menos lo será para las generales de octubre. ¿Preocupa el escenario externo? Poco porque la economía de EE.UU. sigue sin generar inflación (y, por ende, la tasa del bono americano a diez años sigue tranquila), China y Europa crecen y Brasil apunta a concluir la transición hacia 2018 sin sobresaltos.

Pero siempre existen imponderables y por eso una cartera debe contemplar no sólo el escenario que consideramos más probable sino varios alternativos. Puede llegar el día en que los misiles de Kim Jong-un en lugar de terminar en el agua, hagan patito y le peguen de lleno a Tokio o la isla de Guam. Y ni los Bitcoins van a servir de cobertura en ese momento.

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