Ayer votaron los argentinos y hoy hizo lo propio el mercado. Y la lectura que hizo el mercado sobre las PASO fue positiva. En rigor, el dólar bajó nuevamente a la zona de los $17-17,50 sin ninguna intervención del BCRA. Tal como había anticipado El Economista, si el mercado leía que CFK perdía el dólar volvería a bajar y alejarse de los $18.
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Tambié sube la Bolsa y el Merval, cerca del mediodía, ya superaba los 22.00 puntos.
“La victoria oficialista debiera tener un impacto muy sensible sobre la marcha de la economía. Para empezar, el nuevo escenario político propiciará una rápida relajación del clima financiero. En las últimas semanas, el consenso de las encuestas auguraba un cómodo triunfo de Cristina en la elección bonaerense. Esa eventualidad generó fuertes presiones sobre el mercado cambiario y el BCRA se vio forzado a vender poco más de US$1.800 millones para evitar que el dólar trepara por encima de los $18. Con este resultado electoral, reaparecerá con fuerza la oferta privada de divisas y el BCRA podrá ?si lo desea- recomprar más barato buena parte de los dólares que vendió en los últimos días”, dice Federico Muñoz. Y agrega: “Los activos argentinos disfrutarán de un rally vigoroso y Sturzenegger tampoco tendrá problemas en el cuantioso roll-over de Lebacs en la licitación del próximo martes (mañana)”.
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Pero, además, “el nuevo escenario electoral debiera tener un efecto bastante más trascendente sobre la economía que el de la circunstancial distensión financiera”. Explica: “El riesgo político (más concretamente, la posibilidad de que el programa económico de Cambiemos perdiera sustento político y social) operaba hasta aquí como un factor claramente disuasivo para apuestas expansivas. El resultado de estas PASO emerge como testimonio contundente de que la sociedad argentina respalda a la gestión Cambiemos a pesar de que la situación económica particular del grueso de las familias argentinas dista mucho de haber mejorado de manera significativa. Este aval al Gobierno en condiciones económicas poco propicias constituye además una fuente de legitimidad innegable en la que el Gobierno podría apalancarse para motorizar reformas muy necesarias (tributaria, laboral, previsional) para recuperar competitividad y dinamizar la inversión; único camino viable para ingresar a un sendero de crecimiento sostenido con inclusión social”.
“En definitiva, los argentinos han elegido respaldar a un Gobierno que ?con errores y no pocos tropiezos? intenta devolver visos de racionalidad a la gestión económica. La remoción del riesgo político sumada a la reducción sustancial del costo de financiamiento debieran conformar una vigorosa fuerza dinamizadora que aseguraría la consolidación de la recuperación del nivel de actividad durante el 2018. Parece abrirse, al fin, una etapa bastante más auspiciosa para la economía argentina”, concluye Muñoz.
