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La lógica de las coaliciones

Fragmentación y representación sindical

23 agosto de 2017

Por Fabián Bosoer

La movilización gremial de ayer es al panorama sindical lo que las PASO del 13 de agosto a la política de partidos: un reflejo de una mayor diversidad y pluralidad en la representación de los intereses, demandas y aspiraciones de la ciudadanía. En este caso, la CGT ?con distintos énfasis y discusiones internas?, las dos CTA y las principales organizaciones sociales colocaron bajo la consigna amplia y genérica de “defensa del empleo” y “rechazo a la reforma laboral”, distintas motivaciones para el reclamo. No es lo mismo el de los que representan a los trabajadores asalariados del sector industrial que el de los estatales y de servicios. No es la misma demanda la de quienes trabajan en el sector formal que la de los precarizados o receptores de ayuda social. O la de quienes representan a los desocupados.

A ello hay que agregar la fragmentación del peronismo, sin liderazgo unificado nacional y un proceso electoral en el que los referentes sindicales de las distintas vertientes del peronismo -kirchneristas, massistas o más cercanos al Gobierno? se están posicionando en un escenario cambiante. El resultado es una situación inédita: un gobierno no peronista tiene por primera vez enfrente a un sindicalismo que deja de ser la “punta de lanza” monolítica y homogénea de la oposición peronista. No están ya la CGT de Ubaldini y las 62 Organizaciones de Lorenzo Miguel con los que lidió Raúl Alfonsín, ni la CGT de Hugo Moyano y el PJ que le tocó a De la Rúa en su corto gobierno. Este es un sindicalismo más diverso y plural, más fragmentado pero también tal vez más representativo, con múltiples voces y sectores. La lógica de las coaliciones, que se impone en la política de partidos, llega también a la política sindical.

Lo cual supone una gran oportunidad para el Gobierno, la de avanzar en una agenda de reformas laborales que incluya verdaderamente a los sectores del trabajo en su conjunto y vaya más allá de la flexibilización. La clásica negociación tripartita (Trabajo-Capital-Estado) incluye más actores y temarios. No incluirlos sería desaprovechar esa oportunidad. Confundir diversidad con debilidad. No hay reforma laboral exitosa sin algún tipo de participación sindical. El secretario general cegetista que llevó la voz cantante, Juan Carlos Schmid, puso fecha para el próximo paso: hasta el 25 de septiembre, dejan tiempo para el diálogo. Hasta entonces, habrá que ver cómo se reacomodan las fichas, a pocas semanas de las elecciones legislativas.

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