Tras 8 años de crecimiento a un promedio del 4% anual (unos 20.000 nuevos puestos por año), el empleo público nacional modificó su tendencia y se contrajo 0,4% en 2016. Así lo confirmó el estudio “GPS del Estado: cuánto y cómo cambió el sector público nacional”, publicado hoy por CIPPEC y ASAP, donde se analiza las modificaciones producidas en la estructura del Estado entre 2015 y 2016, con el cambio de Gobierno.
A contramano de la leve reducción de puestos de trabajo en la administración nacional, en provincias y municipios el empleo estatal continuó en alza en 2016, tal como ocurrió en los últimos años.
La publicación también destacó que “la estructura del sector público nacional creció, especialmente a nivel de la administración centralizada con su consecuente expansión de cargos políticos” mediante, por ejemplo, la creación de nuevos ministerios, que pasaron de 18 a 23 con el Gobierno de Mauricio Macri. Esa ampliación del Gabinete devino, además, en la creación de nuevas secretarías y subsecretarías, y en la designación de más cargos ejecutivos.
El sector nacional representa apenas el 21% del empleo público total. El 79% de los trabajadores estatales se desempeña en las estructuras provinciales y municipales, donde el ritmo de crecimiento no varió significativamente respecto de los años anteriores
En sentido inverso a la expansión de cargos políticos, el empleo público nacional tuvo un pequeño retroceso de 0,4%, luego de largos años de fuerte crecimiento (aún en momentos de estancamiento en la creación de puestos de trabajo en el sector privado). “Esta leve caída encuentra su correlato con las iniciativas impulsadas por la nueva administración apenas iniciada su gestión de revisar los procesos concursales y de selección de personal”, apuntó el informe, en referencia al decreto 254/2015, que puso en cuestión los concursos de selección de personal de los dos años previos y las designaciones de los últimos tres, y trajo aparejada una serie de despidos en distintas áreas.
Sin embargo, el sector nacional representa apenas el 21% del empleo público total. El 79% de los trabajadores estatales se desempeña en las estructuras provinciales y municipales, donde el ritmo de crecimiento no varió significativamente respecto de los años anteriores.
Por otra parte, el GPS del Estado resaltó la continuidad de “situaciones de inequidad y precarización laboral”. Tanto entre 2010 y 2015 como en 2016, al menos el 30% de los trabajadores estatales prestan servicios a través de modalidades de contratación de obra y servicios o mediante convenios de cooperación con universidades.
Por último, el informe precisó que la presencia femenina en los cargos ministeriales se redujo del 19% al 11% con el cambio de gestión. El peso de las mujeres en el total del empleo en el Ejecutivo Nacional (alrededor del 50%) no se ve reflejado en los cargos políticos: “La presencia femenina disminuye a medida que se asciende en la pirámide de poder de la administración pública nacional”.
Meritocracia
El GPS fue presentado en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA durante una conferencia en la que participaron altos funcionarios, académicos y sindicalistas. Allí, el secretario de Empleo Público del Ministerio de Modernización, Pablo Legorburu, dijo que el Gobierno busca "un cambio cultural que transforme la manera de actuar de las personas, abandonando el estilo burocrático" para basar el accionar en "los valores, la efectividad del funcionamiento, la calidad del servicio, el profesionalismo y la transformación ética, que incluya la rendición de cuentas, el mérito, la idoneidad y la vocación por el servicio público".
Además, el funcionario adelantó que se lanzarán 80 concursos en septiembre y 300 en marzo, en el ámbito de la Alta Dirección Pública, en los que se evaluarán "competencias técnicas y de gestión" y se tendrá en cuenta el cumplimento de "objetivos y competencias", y se controlará el "presentismo".
En tanto, el especialista en modernización estatal del BID, Juan Carlos Cortázar Velarde, dijo que en América Latina “hay pocas experiencias de servicio civil exitoso”. Por eso, abogó para que el “mérito” no sea sólo formal, como requisito para concursar, sino que debe entrañar "presunción de desempeño".
