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El plan de 1País

Reseña del libro “Programa Económico Urgente”, un aporte interesante en una campaña anémica en ideas

02 agosto de 2017

En una campaña muy débil,  casi famélica, a la hora de enhebrar propuestas que vayan más allá de los meros eslogans, “Programa Económico Urgente”, el libro-decálogo económico de 1País, el espacio que capitanean Sergio Massa y Margarita Stolbizer, es más que bienvenido, así como la tendencia, ya abandonada hace años (o décadas), de recrear, hacia el interior de los partidos políticos, espacios de pensamiento estratégico. El Economista accedió al libro, y comenta aquí las principales propuestas.

El libro-decálogo económico de 1País, el espacio que capitanean Sergio Massa y Margarita Stolbizer, es más que bienvenido, así como la tendencia, ya abandonada hace años (o décadas), de recrear, hacia el interior de los partidos políticos, espacios de pensamiento estratégico.

Volviendo hacia el libro, coordinado por Roberto Lavagna, allí los autores sentencian que “se requiere un Programa de Desarrollo integral y consistente, con un Proyecto de País bien claro como cabeza y un conjunto de políticas multidimensionales que apunten hacia ese país”.

Los autores abogan por un Estado “presente, ágil y sólido, que es distinto tanto de un Estado ausente como de un Estado grande y bobo”, y delinean sus verdades “macro”, que recorrer la ancha avenida del medio entre, dicen, los errores conservadores y los errores populistas. “Los programas recesivos no sirven para bajar la inflación y mejorar el déficit público”, dicen. “La única manera de resolver los desequilibrios y alcanzar una situación económica durable es reconstruir los superávit gemelos (fiscal y de cuentas externas) y ello requiere poner en marcha la economía, generar crecimiento”, agregan. O bien: “El agro y la agroindustria son la base extraordinaria de la presencia del país en el mundo, pero solo la base”.

El empleo, vaya novedad, ocupa un rol preponderante. “La realidad es que los puestos de trabajo asalariados en el sector privado, con oscilaciones, se ubican desde hace un lustro en torno de 6,1/6,2 millones, incluso cuando año a año se incorporan alrededor de 200.000 jóvenes al mercado de trabajo”, dicen los autores. Solución: “para crear trabajo, es crucial remover todas las trabas que hoy entorpecen innecesariamente la producción y la inversión (en especial de las Pymes), reducir las enormes asimetrías regionales (permitiendo la federalización del eje productivo) y fomentar la productividad y la competitividad sistémica (reduciendo la dependencia de las devaluaciones y de los precios de los commodities, como la soja)”. El trasfondo de eso es, dicen, “una macroeconomía sana”.

El mentado Programa de Desarrollo Económico (las mayúsculas son ajenas) tiene 3 ejes: el eje productivo; el eje de los equilibrios macroeconómicos y el eje del desarrollo social. “Obviamente, no se puede trabajar sólo en uno, sino que el foco debe estar puesto en los tres en simultáneo; asimismo, las acciones sobre uno tienen impactos sobre los otros”, explican.

“El 'hilo común' del eje productivo es el fomento a las pymes y el fomento del empleo”, sostienen los autores. Para alcanzar ese objetivo, se debe atacar 3 cuestiones.

Medidas transversales al entramado productivo. Comprende las cuestiones de competitividad sistémica y productividad, que deben atravesar a la totalidad de los sectores productivos de la economía (“elevar el piso para todos”).

Medidas específicas y sectoriales. Comprende las acciones que apuntan a potenciar a los sectores con ventajas comparativas y reducir las desventajas comparativas que presentan determinados sectores de la economía.

Medidas puntuales. Destinadas a atender problemáticas cuya resolución redunda en impactos de significativa importancia para el eje productivo.

El eje macroeconómico implica poner sus 4 vectores (política fiscal, política monetaria, política exterior y el combate a la inflación) como nortes. “En los últimos 73 años la Argentina mostró una inflación promedio anual de 61% (53% excluyendo la hiperinflación del '89”, dicen los autores.

El eje del desarrollo social también es clave. Y no puede ser de otra manera en un país que tiene 30% de pobres hace varias décadas ya. Allí, los ejes son 3: anticiparse al mundo del futuro; transformar la política social actual: trabajo + capacitación y, por último, inclusión social + reducción de la pobreza.

“Creemos que este trabajo es un aporte para una discusión mayor que tiene que haber en Argentina acerca del rumbo para los próximos 5, 10, 20 y 50 años, que necesariamente tiene que ser distinto del que venimos transitando”, dicen, sobre el final, Massa & Cía. Y lo es. Máxime en una campaña, sin ideas y con candidatos silenciosos (aun los verborrágicos), que se asemeja más a una puesta en escena que a un debate abierto sobre un país que tiene varios y graves problemas.

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