El Gobierno de Temer tiene ahora la aprobación de sólo el 5% de la población según la encuesta de CNI/Ibope, mientras que en la medición de marzo llegaba al 10%. El 21% la califica de regular y el 70% de pésima.
Es evidente que las denuncias de corrupción golpean y mucho porque no ha habido un deterioro en las condiciones económicas que justifiquen un empeoramiento de los números. El 11% de los entrevistados considera que este gobierno es mejor que el de Dilma contra el 18% que sostenía esa visión en marzo. A su vez, el 35% considera que ambas gestiones son iguales mientras que el 52% considera que el gobierno de Temer es peor que de Dilma. En el sondeo anterior, el 41% tenía esa opinión, lo que demuestra el enorme deterioro que sufrió el Gobierno en los últimos meses.
Como premio consuelo, Temer puede exhibir que su imagen personal es algo mejor que la de su gobierno pero aún así está en niveles paupérrimos y con tendencia a la baja. Su aprobación personal es de 11% contra el 20% registrado en marzo y la confianza hacia su persona cayó del 17% al 10%.
Por otra parte, todas las políticas económicas del Gobierno son evaluadas negativamente. Incluso aquellas en las cuales los números son más favorables como ocurre con la inflación. Pese a estos índices, Temer aspira a terminar su mandato llevando adelante una agenda de reformas que avalan otros sectores políticos. Y está dispuesto a tomar medidas como las de recorte fiscal anunciadas ayer.
