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Se frustró el intento de Cambiemos de remover a De Vido

El oficialismo logró captar la atención en una maratónica sesión, pero no pudo excluir del Congreso al exministro

26 julio de 2017

El FpV-PJ logró frenar la iniciativa del Gobierno para expulsar del Congreso al exministro de Planificación Federal, Julio de Vido. Con 95 votos negativos, pudo trabar los dos tercios que se requerían para remover al diputado, según dicta el artículo 66 de la Constitución Nacional. Cambiemos pudo sumar 138 respaldos, pero se les exigían dieciséis votos más. De todas formas, no hubo sensación de derrota dentro del oficialismo, dado que se instaló durante varias semanas el tema de la corrupción en la agenda mediática.

El debate, realizado en pleno receso de la actividad legislativa y a poco menos de tres semanas de las PASO, se extendió por más de nueve horas y tuvo fuertes cruces entre el oficialismo y la oposición.

Con respaldo de algunos sectores de la oposición, Cambiemos llevó al recinto el dictamen que impulsaba la expulsión de De Vido por “inhabilidad moral”, según el artículo 66 de la Constitución, y justificado en las causas en las cuales es investigado el exministro.

Según Elisa Carrió, diputada por la Coalición Cívica, son más de cien. La Oficina Anticorrupción monitorea poco más de veinte causas contra el diputado. En los tribunales de Comodoro Py 2002 -sede de la Justicia Federal- , en parte, están dictados cuatro procesamientos contra De Vido: irregularidades en asignación de subsidios; administración fraudulenta agravada en compra de trenes a España y Portugal; incumplimiento de los deberes en causa por renegociación de contratos ferroviarios y defraudación contra la administración pública en la causa por la tragedia de Once.

En los hechos, lo que se debatió fue si era correcto ese proceder para desplazar al diputado. Espacios como el interbloque del Frente de Izquierda de los Trabajadores, que impulsaron en 2016 el desafuero del exministro, se opusieron a la iniciativa oficialista al advertir que la expulsión por “inhabilidad moral” es arbitraria y puede marcar un precedente peligroso.

Otros, como el Peronismo para la Victoria (que responde al Movimiento Evita), aseguraron que el principal motivo de Cambiemos no era “hablar de la corrupción” sino hacer un “show mediático electoral”, en palabras del diputado Leonardo Grosso.

La defensa kirchnerista, a su vez, consideró que el oficialismo “logró imponer en la agenda un tema sin asidero jurídico y anticonstitucional”, según Luis Basterra, vicejefe del bloque FpV.

Las expectativas dentro del Congreso estaban centradas en la participación de dos de las principales figuras de la jornada: el propio De Vido y Carrió. Diputados del FpV le habían pedido al exministro que prepare un discurso y este respondió con la lectura de tres carillas en las cuales defendió su gestión como funcionario y disparó contra el Gobierno. “Un grupo de legisladores pretende arrebatarme la banca que me ha dado el pueblo de la provincia de Buenos Aires con su voto”, aseveró, en las primeras líneas del texto, y afirmó ser “el blanco de un plan sistemático de marketing, donde el enemigo tiene que ser destruido, desmoralizado, aniquilado, hasta llevarlo a terminar incluso con su propia vida”, en referencia a los consejos del consultor Jaime Duran Barba. Se consideró a su vez “responsable de todo lo que hicimos durante estos años, de todo lo que proyectamos y construimos en el país”.

“Pido la exclusión de Julio de Vido por infame traidor a la Patria en los términos del artículo 36 de la Constitución Nacional”, exclamó Carrió, que tomó la palabra una vez finalizado el turno del exministro. Minutos después endureció el discurso y aseguró: “De Vido ya fue, es bueno que en los procesos históricos primero se devele la verdad y que sea la sociedad que decida si quiere la verdad o la impunidad. Acá hay protección o limpieza del país, la culpa no es de Cambiemos, la culpa es de la parte de la Nación que sabiendo que le roban, votan ladrones”.

Desde el inicio de la sesión estuvo siempre implícito que Cambiemos no iba a alcanzar con los números. “Seguramente no lleguemos a los dos tercios”, había reconocido Carrió en el comienzo de la jornada. Hubo un intento luego frustrado de extender hasta la madrugada el debate para tratar de debilitar la asistencia del kirchnerismo. Se habló también de un pedido de cuarto intermedio, y mantener el debate por unos días más.

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