Entrevista a Gustavo Córdoba
El reparto de bancas que avizora Gustavo Córdoba, consultor y politólogo cordobés, muestra la paridad existente hoy, previo a las primarias del 13 de agosto, entre la lista del gobernador Juan Schiaretti y la de Cambiemos. De las 9 en disputa, 4 para cada uno de los frentes, con una en lucha entre el kirchnerismo y el FIT. No obstante, el que resulte ganador será un dato clave para saber sobre las chances futuras del gobernador y también conocer el nivel de consolidación de Cambiemos, dado el espaldarazo inicial que tuvo en esta provincia el presidente Mauricio Macri.
¿Cómo observa el escenario cordobés camino a las PASO?
Veo que cobra relevancia, por la importancia relativa que tiene, detrás de la provincia de Buenos Aires. Son los dos distritos que van a marcar la temperatura de estas elecciones. El Gobierno Nacional plantea que tiene la elección ganada, y yo considero que está muy pareja, muy reñida. Hoy Héctor Baldassi, de Cambiemos, y Martín Llaryora, de Unión por Córdoba, están alrededor del 30%, sin sacarse ventajas. Lo que sucede, también, es que los que están del tercer lugar al sexto también reúnen una buena cantidad de adhesiones, tanto por derecha como por izquierda. Con lo cual es probable que veamos una disputa por una novena banca entre la izquierda y el kirchnerismo.
Las tensiones de los días pasados entre el gobierno de Juan Schiaretti y el Gobierno Nacional, con declaraciones fuera de lugar, si se quiere, respecto de lo que había sido la relación previa entre ambos, pareceríaa mostrar de alguna manera ese escenario. También la decisión del gobernador de colocar a su vice como primer candidato a diputado. ¿Es así?
Sí, por cierto. A esto le agrego dos elementos más. Primero, la imprudencia del presidente Mauricio Macri de venir a Córdoba con actitudes que son llamativas. Por ejemplo, adjudicarse obras que hizo el gobierno de la provincia, cosa que no cayó demasiado bien. Lo que observa Schiaretti es que el Gobierno Nacional cambió muchas veces de estrategia para la provincia. Y que no acierta en una concreta. Además, lo que Schiaretti destaca es que si gana Córdoba va a tener un papel preponderante en el orden nacional. Existe un peronismo dividido en una suerte de cooperativa nacional, con 24 peronismos distintos. La gran apuesta de Schiaretti es terminar octubre como referente nacional ratificado por las urnas. Esa es su gran apuesta.
Córdoba fue el gran salto de Cambiemos. Allí sacó más del 70% en el balotaje, luego de una muy buena elección en las generales. Que se resienta la adhesión en Córdoba, ¿puede ser un problema para el Gobierno?
Si se da de esa manera, en los medios nacionales no van a decir “Ganó Llaryora”, sino “Perdió Macri”. Esa va a ser la vara para medir la elección. Por otra parte, aun ganando, parece díficíl que Cambiemos saque más del 35 o 40%.
El cierre de listas de Cambiemos se dio con algunas tensiones: entre el PRO y el radicalismo y al interior del radicalismo.
Esas tensiones persisten, porque Baldassi ha sido muy imprudente en la previa, con cosas que no cayeron bien en los propios aliados. Por ejemplo, que si ganaba la elección iba a ser candidato a gobernador, con lo cual generó el rechazo de Ramón Mestre y de todos los intendentes que forman la estructura territorial de Cambiemos en Córdoba.
¿Cuál es la suerte que puede tener el kirchnerismo en Córdoba, teniendo en cuenta que históricamente no ha hecho buenas performances?
El núcleo duro kirchnerista sigue existiendo y es, en Córdoba, entre el 5 y el 7%. Eso puede ayudarlo a Pablo Carro a pugnar por una novena banca, en competencia con el Frente de Izquierda de Liliana Olivero, también con posibilidades. Y de acuerdo a cuánto saque el primero. De todos modos, no creo que sea tanta esa diferencia como para hacer quedarse con cinco bancas.
