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¿Qué sería para Macri ganar las elecciones?

El resultado en la provincia de Buenos Aires será que defina los próximos dos años políticos

17 julio de 2017

Por Juan Radonjic

Para el Gobierno ganar sería demostrar que Cristina Kirchner no tiene posibilidades de ser una alternativa de poder en 2019. Que por lo tanto no hay riesgo de vuelta al pasado y que el actual proceso de cambio es irreversible. Y eso se define a partir de quien gane la provincia de Buenos Aires.

El propio Gobierno instaló la idea de que muchas inversiones se demoran porque no hay certeza sobre la continuidad de las actuales políticas. Siguiendo ese razonamiento, no sería lo mismo para la economía que los próximos dos años transcurran asumiendo que el escenario más probable es que Mauricio Macri sea reelecto en 2019 que si queda abierta la posibilidad de que Cristina vuelva a ser presidenta. En ese juego polarizador también entra Cristina que no habla de propuestas, ni de su gestión ni de los otros candidatos sino de la necesidad de votar para ponerle un límite al actual Gobierno.

Suele decirse que en la política argentina dos años es mucho tiempo y a veces fue sí,  pero muchas veces no.  Algunos ejemplos: después de las legislativas de 1991, se descontaba que Carlos Menem ganaría las de 1993, luego de las elecciones de medio término en 1997 todo indicaba que la Alianza llegaría al gobierno en 1999 y después de su triunfo en 2005 se descontaba que los Kirchner repetirían su éxito en 2007. Por lo tanto, las elecciones de este año dirán mucho sobre lo que puede ocurrir dentro de dos años cuando se elija presidente y gobernadores.

A nivel nacional no va a haber sorpresas. Cambiemos estará presente en 23 de los 24 distritos por lo cual será el espacio que más votos sumará en todo el país. Mejorará su representación parlamentaria porque arriesga poco en Diputados y menos aún en el Senado. Pero todos esos avances  pierden importancia para la lectura política del resultado si Cristina gana en Buenos Aires, el único distrito grande del país en el cual el kirchnerismo tiene peso, y por lo tanto puede mantener abierta la posibilidad de un retorno.

A dos años de la próxima elección presidencial, el peronismo no puede armar un candidato conocido nacionalmente y suficientemente instalado para competir por la presidencia. Con Menem y Néstor Kirchner se agotó el modelo de candidatos surgidos de provincias chicas.  Para ganar una elección nacional, el peronismo necesitará encontrar un candidato de la Argentina central. Por ahora, ese perfil sólo lo tiene Cristina. Otra vez Buenos Aires.

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