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PBA: el desafío oficialista de acortar distancia en la Tercera

La 3º Sección Elcetoral tiene más de un tercio de la población provincial y CFK lidera en las encuestas

19 julio de 2017

Por Néstor Leone

Ayer, en Morón, con la gobernadora María Eugenia Vidal como primera referencia. Anteayer en La Matanza, con el presidente Mauricio Macri como principal orador. Corazones de la primera y la tercera sección electoral bonaerense, respectivamente. Cambiemos juega mucha de su suerte política al desempeño que tenga en el conurbano bonaerense, y sus dos principales figuras parecen obligados a asumir el desafío, con recorridas que arrancaron con la campaña y prometen ser una constante hasta octubre. Ambas secciones suman algo más de dos tercios del electorado. Con puntos de partida dispar. Si en la primera, la paridad preocupa al Gobierno, en la tercera el desafío es acortar la distancia sensible que la candidatura de Cristina Kirchner le saca a Esteban Bullrich.

La tercera, por cierto, tiene sus particularidades. Por un lado, los partidos que la integran resultan de los más perjudicados por las políticas económicas del Gobierno, quita de subsidios incluida. Por el otro, la sección tiene un fuerte anclaje peronista, histórico y presente, que se expresa en rechazos al oficialismo más pronunciados y expectativas muy por debajo de la media. El hecho de que, en los tres turnos de las elecciones presidenciales de 2015, Cambiemos haya sido derrotado con distancia considerable (58,82 a 42,18% en el balotaje) sirve de antecedente. Como habla de ello el dato de que la expresidenta encabece de manera holgada las encuestas de intención de voto.

Disputa

En el cierre de listas, Cambiemos procuró limar asperezas y evitar las internas en los municipios de la provincia gobernados por el espacio. En sintonía con lo que se intentó a nivel nacional. Para contar con una estrategia unívoca y evitar reyertas entre aliados. La preocupación para que estas internas no prosperen, por cierto, fue especial en la tercera. Con bastante eficacia. Sólo dos distritos de la sección tendrán primarias abiertas el 13 de agosto con competencia real, para el cargo de concejal. Precisamente, en dos donde es oposición. En Avellaneda, por caso, municipio de origen de la precandidata de senadora nacional Gladys González, la pelea será entre el concejal PRO Sebastián Vinagre y su par radical Rodrigo Galetovich. Mientras que en Florencio Varela, el dirigente del PRO local Pablo Alaniz (y consentido de Vidal) confrontará con Dardo Ottonello, con el apoyo radical. En los restantes habrá lista única.

La situación económica, de todos modos, complica las cosas. Cierto diagnóstico compartido en el gobierno de la provincia exhibe esa preocupación. Elevada, en estos días, a Casa Rosada. Con cierta alarma. Los intentos de oxigenar el consumo de los sectores populares y apuntalar la alicaída demanda agregada, mediante prometidas medidas coyunturales de la Nación, respondería a esa inquietud. Que en Cambiemos pretenden mitigar, también, con un trabajo de “mayor cercanía”, presencia en los distritos y el compromiso de obras. Mientras que a los intendentes propios le piden mayor consustanciación con las políticas de Cambiemos y “ponerse la camiseta” para una defensa integral de la gestión.

Presencia

Cambiemos administra siete partidos en la tercera. Un objetivo que se proponen en el Gobierno es retenerlos: ganar en esos municipios, aunque sea ajustadamente. En los más chicos, ven chances de hacerlo; en los más poblados, la cuestión parece complicarse. Martiniano Molina, en Quilmes, y Néstor Grindetti, en Lanús, ambos intendentes PRO, tendrán la tarea de sumar buena parte del porcentaje que obtenga el oficialismo en la sección. Los otros cinco son radicales, que gobiernan sus distritos desde 2015. Jorge Necela, de Berisso, le ganó al randazzista Juan Ignacio Mincarelli. Oscar Cappelletti, de Brandsen; Jorge Etcheverry, Lobos; Gonzalo Martín Peluso, Magdalena; Mauricio Gómez, San Vicente, derrotaron a distintas versiones peronistas.

Los doce restantes partidos están gobernados por el peronismo, alineado en Unidad Ciudadana. Incluso, entre ellos, hay varios intendentes que pertenecían al extinto Grupo Esmeralda y que pretendían tomar distancia de Cristina Kirchner. Hasta que miraron con atención las encuestas en sus distritos. Es el caso de Mariano Cascallares, de Almirante Brown, que le ganó en 2015 a un histórico del distrito, Darío Giustozzi; Fernando Gray, de Esteban Echeverría, en el poder desde 2007; Martín Insaurralde, jefe comunal de Lomas de Zamora entre 2009 y 2013, y desde 2014.

Pero también la tercera es la plataforma territorial de algunos de los jefe comunales que conforma el núcleo duro del kirchnerismo y más consustanciados con la expresidenta. Jorge Ferraresi, de Avellaneda; Patricio Mussi, de Berazategui; Mario Secco, de Ensenada; Verónica Magario de La Matanza; y Julio Pereyra, de Florencio Varela, forman parte de esa columna vertebral. Intendentes, por cierto, de algunos de los partidos más poblados de la provincia.

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