Entrevista a Federico Montes de Oca Vicepresidente de SAFYBI
Entre el 8 y el 11 de agosto la industria farmacéutica y bioquímica realizará en Costa Salguero la EXPOFYBI, un encuentro en el que profesionales, laboratorios y proveedores compartirán los desafíos de la actividad. También habrá presentaciones de la Anmat, la autoridad regulatoria sectorial, así como de sus pares de Brasil, México y Europa.
En diálogo con El Economista, Federico Montes de Oca, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Farmacia y Bioquímica Industrial (SAFYBI), estimó en la industria “hay inversión, recuperación y un leve crecimiento del empleo”. Argentina es uno de los pocos países en los que la industria farmacéutica tiene mayor participación de mercado (70,6% en el primer trimestre del año, según el Indec) que los gigantes multinacionales.
¿Cómo está hoy la industria farmacéutica argentina?
Es una industria muy inelástica por definición, lo último que dejamos de comprar son los medicamentos que hacen a nuestra salud. Podemos decir que hay inversión, se ve una recuperación y un leve crecimiento del empleo. Argentina es reconocida por la calidad de los medicamentos, tiene estándares de calidad por las exigencias de la Anmat, que le permiten exportar y ser competitivos frente a la producción internacional.
¿El sector tiene problemas con el actual tipo de cambio?
A veces el tipo de cambio juega de dos maneras que se compensan. Cuando el tipo de cambio es bajo, por un lado tenés más dificultad para poder competir en licitaciones en el exterior, porque la mano de obra argentina es cara. Pero por otro lado, el tipo de cambio bajo permite invertir en tecnología, tener mejor calidad y ser más eficiente. Hoy hay una importante inversión en plantas, en equipamiento, en investigación y desarrollo (I+D), en estudios clínicos. Estamos aprovechando este momento para fortalecer nuestras capacidades, ser más competitivos y poder tener mayor productividad. El escenario en la industria es positivo.
¿Qué proyecciones de producción y ventas hay para este año?
Se calcula que el mercado va a crecer por lo menos 5 o 6%. Lo que pasó en 2016 es que se sinceraron ciertas variables. La industria estuvo muy apretada con el control de precios y, de alguna manera, eso se pudo normalizar.
Bueno, pero uno va a la farmacia y ve que los precios no paran de subir.
Por eso es importante que exista competencia, en algún momento esto se autorregula porque la manera en que se logra participación de mercado es compitiendo por precio. El problema es cuanto las moléculas están protegidas por patentes y no se puede fabrica un similar. Ahí hay monopolios.
Igual salvo los medicamentos de venta libre o para enfermedades comunes, en el resto no hay tantos productos alternativos.
Hay toda una línea de productos nuevos que se lleva la mayor parte de la facturación hoy en día, que tiene que ver con productos biológicos, con anticuerpos monoclonales. En éstos es complicado tener alternativas porque todavía hay protección de patentes. En algunos casos, cuando la patente cae, es compleja la regulación para poder fabricar un similar en el caso de un producto biológico.
A lo que voy es a que en un contexto en el que cae el poder adquisitivo, los medicamentos tuvieron incrementos por encima de la inflación.
Sí, pero habría que ver. Quizás uno mira las marcas principales, que tienen apoyo publicitario y de marketing y, obviamente, eso les permite tener un valor más alto, pero si uno ve los productos genéricos, que también están aprobados por Anmat y son de calidad comparable, los precios son mucho más bajos y accesibles.
¿Están entrando nuevos jugadores multinacionales al mercado local?
Sabemos que hay empresas nuevas que están ingresando al mercado porque la Argentina es un mercado interesante. Latinoamérica en general es un mercado que está para desarrollar. Hay otros mercados mucho más maduros como el europeo o el americano, entonces es mucho más difícil crecer allí. Acá hay mucho por hacer, la accesibilidad del medicamento es algo importante.
