Las intenciones del presidente Mauricio Macri, que insiste en la idea de erradicar la “mafia sindical”, reducir el “costo laboral” y coquetean abiertamente con la posibilidad de impulsar una reforma laboral, obligó a la CGT a reformular su estrategia. La central obrera formalizó ayer el diálogo con las agrupaciones sindicales díscolas, con el objetivo de unificar fuerzas y, posiblemente, reestructurar el esquema de conducción. Una posibilidad es que luego de las elecciones (momento para el que el Gobierno posterga las medidas más audaces) el triunvirato que encabeza la CGT deje lugar a un solo secretario general que unifique bajo su mando las distintas expresiones.
En este marco, ayer por la tarde integrantes de la mesa chica de la central obrera se reunieron con las autoridades del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), sector que se mantuvo al margen de la reunificación de agosto pasado. “Hace falta ir avanzando en la unidad de la CGT en serio” sostuvo uno de los líderes del MASA, el dirigente de choferes de taxis Omar Viviani. Sería una señal importante que este agrupamiento sindical asista al plenario de secretarios generales convocado por el triunvirato para el viernes que viene en el microestadio de Ferrocarril Oeste.
Por otro lado, y como parte del mismo proceso, la CGT mantiene conversaciones con dirigentes de la Corriente Federal de los Trabajadores que conduce el bancario Sergio Palazzo, otro segmento sindical crítico pero que participó de los proceso de reunificación. Además, existe la posibilidad de que luego de la muerte de Gerónimo “Momo” Venegas, referente del sindicalismo oficialista y secretario general de las 62 Organizaciones Peronistas, también se tiendan lazos con ese sector, ahora encabezado por Ramón Ayala.
