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“El crecimiento futuro será moderado”

"El crecimiento que tiene por delante Argentina en los próximos años es moderado por la demanda lánguida", sostiene Martín Rapetti (CIPPEC)

Alejandro Radonjic 03 julio de 2017

Entrevista a Martín Rapetti Director de Desarrollo Económico de CIPPEC  Por Alejandro Radonjic

El Economista dialogó con Martín Rapetti, flamante director del programa de Desarrollo Económico del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), el think-tank más reconocido e influyente de Argentina y uno de los líderes de la región.

En 2017, la economía crecerá y las proyecciones indican que esa tendencia seguirá en 20182019. ¿Hemos entrado en un sendero de crecimiento o no sería tan categórico?

El crecimiento que tiene por delante Argentina en los próximos años es moderado. El Gobierno está haciendo cosas positivas para ir destrabando y relajando algunas restricciones de oferta que tenía la economía. Me refiero a la política internacional, la administración del comercio y los flujos financieros. Eso nos da la posibilidad de no tener un cuello de botella externo como el que tenía el Gobierno anterior. Pasa algo similar con la energía con las medidas tenden tes a mejorar las condiciones de rentabilidad de los operadores en el sector. También busca liberar algunas fuentes de ineficiencia, como los controles excesivos, que generaban costos a nivel microeconómico. Eso es la oferta. Pero el problema que tiene la economía es que, para ir haciendo todos esos cambios, se lastima la demanda.

Y eso pone el techo bajo que mencionaba?

Exactamente. Estamos mejorando, paulatinamente, en términos productivos y se están favoreciendo inversiones que después generen más potencialidad de crecimiento, pero, insisto, en el corto plazo no hay factores de demanda que la impulsen. Por ejemplo, con la necesidad de corregir el déficit fiscal se quita una fuente de demanda. Con la corrección tarifaria, se le quitan recursos a todo el sector privado. En algún momento va a tener que haber una corrección del tipo de cambio y eso tendrá un efecto recesivo. Es difícil imaginar una economía que tenga un boom. Es una economía que tendrá lastres generados por la necesidad de recomponer los desequilibrios heredados. Y eso es complicado.

¿Pero va a ser más sostenido y sustentable, como dice el Gobierno? Porque quizás no crezcamos a tasas chinas, pero sí podamos mantener un crecimiento de 2-3% por un tiempo más largo y eso genera previsibilidad?

El Gobierno, como decía, está tomando medidas tendentes a mejorar la productividad, relajar la oferta y otras medidas que harían un crecimiento más sostenible. Esas son condiciones necesarias, pero también necesitas de factores locales y externos que ayuden. Crecer en 2018-2019 también dependerá del impulso, o no, que tengamos del mundo. A nivel interno tenemos una demanda lánguida y no muy fuerte, que pone un techo bajo. La inversión puede jalonar a la demanda, porque ese rol no lo jugará el gasto público ni las exportaciones ni, como decía, el consumo, pero es un elemento pequeño. Y, además de la demanda lánguida, hay otro factor doméstico que conspira: la incertidumbre política. Me preguntabas por 2018 y te contesto que va a estar muy influido por lo que pase en octubre.

Aprovechando su conocimiento y el hecho de que sigue el debate en otros países de la región, ¿es normal que se ponga en debate la política económica cada dos años? Daría la impresión que en el mundo se suele elegir al que conduce, pero no toda la política?

Debates siempre hay y es sano que los haya, pero el tema es la varianza, es decir, cuán alejados están los polos entre sí. En Colombia, Chile, Perú y Uruguay hay conciencia sobre reglas de juego básicas.  Eso no pasa en Argentina, más allá de las coincidencias que haya entre el grueso de los economistas. Cuando hay un conjunto de ideas equivocadas e inconducentes que tienen viabilidad política, como ocurre hoy, se amplía demasiado la brecha y caemos en un debate de bajo contenido empírico, y nos perdemos de debatir otras cosas más interesantes.

Bajo crecimiento y necesidad de corregir desequilibrios marcarán, sugirió, los próximos años. ¿Qué espacios hay para mejorar la situación social, por ejemplo, el 32% de pobreza?

Es un problema. El gasto público está demasiado alto y alguna corrección tiene que haber pero, en simultáneo, tenés una porción importante de la sociedad que está muy relegada y tiene grandes necesidades de protección social, servicios públicos e  infraestructura básica. Para tener un desarrollo, hay que invertir dinero, y mucho, en esos sectores. Hay una gran demanda allí que convive con la necesidad de sanear las cuentas públicas. Necesitamos un debate amplio e inclusivo. Hay que hacer algún tipo de redistribución de prioridades y algunos sectores tendrán que poner el hombro. Si eso no ocurre, no veremos grandes cambios en la cuestión social.

También está el problema de que la presión impositiva ya es muy alta?

Exacto. Para quienes están formalizados, es altísima. Y no se puede resolver de un día para el otro.

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