“Las ventas por el Día del Padre no tuvieron la fuerza esperada”, resumió CAME. Y efectivamente las ventas cayeron 3,6% respecto a la misma celebración del año pasado. Dato fuerte si se toma en cuenta que en 2016 las ventas para la fecha habían caído a su vez 7,5%. El ticket promedio este año se ubicó en $570, 18,7% por encima del año pasado pero la inflación anual fue superior (la interanual en mayo fue de 24%, según el IPC GBA del Indec), lo que muestra el cuidado del consumo, tal como destacó CAME.
“Muchos comercios lanzaron promociones muy interesantes para captar público y tuvieron mejores ventas. Hicieron un gran esfuerzo para poder competir”, aseveró Fabián Tarrío (foto), presidente de CAME. Y de hecho el comunicado de la entidad sostuvo que se destacaron rebajas de entre 35% y 50% en indumentaria, calzados, vinos, restaurantes, y artículos electrónicos principalmente, o negocios que ofrecían por cada compra sorteos con la posibilidad de ganar pasajes en avión, cupones de descuentos, cenas, y otros regalos.
"En líneas generales, el mercado de consumo siguió afectado por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y la retracción que persiste en la economía. Hubo prudencia en los gastos y se eligieron regalos con ofertas o de costos más pequeños”, concluyó el informe. Se espera que, con las paritarias y la desinflación, los niveles de consumo comiencen a colaborar con una actividad por ahora lenta. Y luego quedará el camino hasta recuperar los niveles de los picos previos.
