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“El Plan Empalme es una mentira absoluta”

“En un marco de retroceso general, hemos logrado algunos avances en términos de los derechos que le corresponden a nuestro sector”, afirmó Juan Grabois

06 junio de 2017

Entrevista a Juan Grabois Referente de la Ctep Por Delfina Torres Cabreros

Los últimos meses fueron para Juan Grabois, referente de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (Ctep), un tanto ambivalentes. “En un marco de retroceso general de los trabajadores y los sectores populares, hemos logrado algunos avances en términos de los derechos que le corresponden a nuestro sector”, sintetizó. En diálogo con El Economista, el dirigente social repasó el proceso de institucionalización de los trabajadores de la economía popular, que se inició con la ley de Emergencia Social y podría continuar ahora con el ingreso formal a la CGT y al Consejo del Salario Mínimo Vital y Móvil.

¿La Ctep está en proceso de integrarse en la CGT?

La Ctep se fundó en 2011 con el objeto de agrupar a los trabajadores de la economía popular en el marco de una central única que contenga a todos los sectores laborales, y por ese motivo solicitó desde el primer día la adhesión a la CGT como un sindicato confederado más. Se planteó la solicitud a las distintas autoridades que tuvo la CGT oficial, pero recién ahora empezó a haber una posibilidad más cierta a partir de la unidad de acción: de la marcha de San Cayetano primero, de la marcha por la ley de Emergencia Social. Nosotros propusimos que la incorporación de nuestra organización sea por un período de transición con voz, pero sin voto, porque hay un tema estatutario que resolver.

¿La incorporación puede concretarse este año?

Ojalá, vemos una situación auspiciosa. Hay una concepción muy arraigada en la doctrina sindical argentina que es que la del movimiento obrero organizado, que restringe el sujeto trabajador al asalariado. La conducción de la CGT, a partir del vínculo con nosotros, habla ahora de un movimiento de los trabajadores en general, que incluye a los trabajadores sin patrón.

¿Qué sectores internos a la central son los más receptivos a esa idea?

En la CGT hay grupos oficialistas y grupos opositores y nosotros tenemos diálogo con todos. En lo personal, creo que Juan Carlos Schmid es un tipo honesto, decente, laburador, luchador, y después hay otros que me parecen que son empresarios disfrazados de sindicalistas. Pero nosotros planteamos la unidad del movimiento de los trabajadores no por una cuestión ideológica o de afinidad política, sino como una cuestión de institucionalizar al sector de la economía popular, que nunca fue reconocido.

¿En ese proceso se enmarca el pedido de integrar el Consejo del Salario Mínimo Vital y Movil?

Sí, pero ese pedido va dirigido la Gobierno. Entonces sí que no habría ninguna razón para excluirnos porque tenemos personería social. Somos un sector de los trabajadores que no está representado por ninguno de los participantes y que se ve muy afectado por esa negociación (el Salario Social Complementario creado por la ley de Emergencia Social se calcula como el 50% del SMVyM). Eso lo vamos a pelear a través de la protesta social y también legalmente. Una posibilidad es que si no vamos convocados directamente como Ctep, la CGT nos ceda la oportunidad de participar como uno de sus delegados. Es decir, que uno de sus delegados sea nuestro secretario general, (Esteban) “el Gringo” Castro, o algún compañero nuestro.

¿Qué opinión le merece el término "triunvirato piquetero” que algunos medios utilizan para referirse a la Ctep, Barrios de Pie y la Corriente Clasista y Combativa (CCC)?

Es un término despectivo. La palabra “piquetero” se utiliza de manera peyorativa en general, porque pone el eje en un método de protesta que la verdad últimamente usamos bastante poco. Tiene que ver con desvalorizar el rol que tienen nuestros compañeros y compañeras como trabajadores, en un esquema donde la productividad no está dada por la rentabilidad que le generan a las empresas sino por el beneficio comunitario que significa trabajar en un merendero, en una cooperativa donde se reinsertan los liberados de los penales o en el reciclado de la basura.

¿Cómo evalúa la política social de este Gobierno?

La política social no se puede escindir de la política económica de este Gobierno, que atenta contra los sectores populares aplicando recetas neoliberales que básicamente establecen programa de ajuste, la idea de la flexibilización laboral enmarcada en la cuestión de la productividad, la falta de integración regional, discursos represivos y xenófobos. Ahora bien, en términos de lo que es la política socia específicamente dirigida a los trabajadores de los sectores excluidos, el desarrollo organizativo de la Ctep y del tridente que formamos con la CCC y Barrios de Pie nos ha permitido algunas conquistas muy importantes en términos del programa que nosotros enarbolamos, que es el programa de las tres “t”: tierra, techo y trabajo.

¿Como cuáles?

En términos de trabajo, la ley de Emergencia Social, en la que está el tema del Salario Social Complementario. En términos de techo, el certificado de vivienda familiar que se está entregando a alrededor de 810.000 familias de villas y asentamientos. Y en términos de tierra, estamos planteando ahora un proyecto de ley de soberanía alimentaria, que incluye la emergencia alimentaria y que vamos a lanzar el miércoles en el Congreso. O sea, en el marco de un retroceso general de los trabajadores y los sectores populares, hemos logrado algunos avances en términos de los derechos que le corresponden a nuestro sector. Pero eso no es producto de la voluntad política de un gobierno o un dirigente, sino fundamentalmente del proceso de lucha y organización de los trabajadores. Desde ya hay sectores del Gobierno que son mas proclives al diálogo y otro más propensos a gestionar el conflicto social a través de la represión.

¿Destacan la figura de la ministra de Desarrollo Social, Carolina Stanley, por sobre el resto del gabinete de Mauricio Macri?

Sí, claramente.

¿Qué opina del llamado Plan Empalme que lanzó el Gobierno con el objetivo de “convertir” los programas sociales en trabajo genuino?

El Plan Empalme sería extraordinario si no fuera una mentira categórica. Ya pasó más de un mes y medio de la sanción del plan y no se produjo ningún empalme, por una razón muy sencilla: la oferta de trabajo es muy superior a la demanda. Eso quedó claramente expuesto por las colas humillantes de jóvenes en la Expo Empleo Joven, donde se preseleccionaron 10.000 personas en un universo de 175.000. Las empresas no van tomar personal por ahorrarse $4.000, más considerando que nuestros compañeros provienen de un sector totalmente estigmatizado y en muchos casos viven en villas o asentamientos. Si nos dicen la dirección de las empresas que van a dar trabajo registrado a nuestros compañeros y compañeras, las colas van a ser interminables de nuevo. Se trató de una medida propagandística, salvo que al Presidente la hayan vendido un buzón, lo cual sería igual o más grave porque implicaría un desconocimiento absoluto de la realidad social.

Usted es un dirigente muy cercano al papa Francisco. ¿Realmente él está tan pendiente de la coyuntura nacional como se cree acá, donde se leen mensajes políticos en cada uno de sus gestos?

Eso es todo una pavada. El Papa está peleando contra el calentamiento global, la guerra en Siria y la dehumanización del planeta Tierra. Todas las sobreinterpretaciones que hacen algunos empleados de los grandes medios de comunicación son parte del ombliguismo argentino, con algún componente de resentimiento. De lo único que el Papa puede llegar a estar pendiente es del sufrimiento de los que menos tienen, de los que están peor, como lo estuvo durante todo su paso por las instituciones de Argentina.

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