El triunfo de Emmanuel Macron en las elecciones presidenciales fue un punto de inflexión para la política europea. Y fue ratificado por el amplio respaldo que obtuvo en las elecciones legislativas con lo cual tendrá una amplia mayoría en la Asamblea Nacional que le permitirá llevara adelante su agenda de reformas.
El año comenzó con mucha incertidumbre política en Europa por el auge de los candidatos populistas que aparecían bien posicionados frente a un calendario que incluía elecciones en Holanda, Francia y Alemania.
Los antecedentes de 2016, con el Brexit y el triunfo de Donald Trump que significaron, por primera vez, el desembarco del populismo en el mundo anglosajón no constituían datos positivos.
Pero el éxito de Macron modificó todo el escenario. Ganó las elecciones prometiendo reformas que deberían hacer más competitiva a la economía francesa. Pero también con un discurso europeísta, y por lo tanto, en los próximos años cabe esperar que se profundice el proceso de integración sobre la base del eje histórico París-Berlín.
Además, este año Francia eligió presidente y Alemania elegirá canciller en septiembre, una coincidencia que por los diferentes ciclos electorales, solo se da cada veinte años. Y todo indica que Angela Merkel ganará con comodidad las elecciones previstas para septiembre.
Ahora se abre un escenario positivo para Europa porque al frente de sus dos países más importantes habrá líderes con mandatos electorales flamantes y discursos prointegración. Es además, un cuadro estable porque no habrá elecciones para elegir gobiernos en los próximos años. La ola populista pasó finalmente de largo en Europa.
El avance de la integración de Europa es el hecho más relevante frente al cual el Brexit es un hecho de segundo orden que será conducido desde el Reino Unido por una debilitada Theresa May que deberá negociar en Bruselas con una Unión Europea fortalecida.
También una Europa más fortalecida implica un nuevo vínculo con Estados Unidos en tiempos de Trump. Merkel fue enfática al término de la última cumbre del G 7 al señalar que “los europeos tenemos que tomar nuestro destino en nuestras propias manos”. Un mensaje que tenía un único destinatario. Y en una entrevista concedida a varios diarios europeos, Macron deslizó conceptos críticos contra su par estadounidense. Y destacó que uno de los temas que más le preocupan del escenario global es que “Estados Unidos se retiran en parte del mundo”. Queda claro la construcción del vínculo entre Merkel y Macron parte de una visión común en temas clave.
