Tras un mes sin novedades, el Gobierno bonaerense volvió a reunirse con los docentes y les hizo una oferta salarial apenas mejorada: propuso un aumento del 21% más cláusula gatillo atada a la inflación, superando en un punto porcentual lo ofertado en la última reunión. La propuesta fue rechazada por los gremios del sector, que harán una huelga el miércoles.
Los funcionarios de María Eugenia Vidal ofrecieron además una suma de $2.000 por lo perdido en 2016 y un plus por presentismo de $2.000 por cargo, cuya efectivización dependerá de una baja en el ausentismo. Según explicaron, si en el primer año se lograra bajar el ausentismo en 10% (pasar del 17% al 15,3%), cada docente en promedio podría cobrar $440 adicionales por mes.
Además, se mantuvo la idea de generar un acuerdo a tres años. Los funcionarios dijeron que en 2018 y 2019 la provincia está dispuesta a pagar una suba del 10% sumado a la inflación de esos períodos.
“La oferta no ha sido superadora”, dijo tras la reunión Mirta Petrocini, titular de la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB). La dirigente aseguró que el impacto concreto de la mejora es “nada más que $90”.
La paritaria docente viene más retrasada de lo habitual y la provincia aplicó dos adelantos para evitar que los salarios continúen deteriorándose. En los próximos días habrá un tercero que ronda entre los $1.000 y $2.500 correspondientes a mayo. Sin embargo, uno de los puntos de conflicto más fuerte, que determinó también la convocatoria a la medida de fuerza, son los descuentos que el gobierno aplicó a los docentes que adhirieron a los paros. Los docentes insisten con la devolución de los montos retenidos, pero Vidal no parece estar dispuesta a volver atrás.
