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Las claves para planificar el retiro

Una serie de consejos que permiten atravesar el período de jubilación recogiendo los frutos de una inversión adecuada

22 junio de 2017

Por Pablo Castagna Director del segmento Individuos en PUENTE

La palabra jubilación está emparentada con júbilo. Se supone que, más allá de un acto meramente administrativo, el cese laboral es la culminación de una etapa y el comienzo de otra menos activa, que conlleva grandes retos en la vida de los seres humanos.

Para lograr atravesar ese período de manera tranquila y disponer de forma efectiva todo ese tiempo libre, resulta importante idear previamente una buena planificación financiera que nos dé la posibilidad de disfrutar de este nuevo ciclo.

Lo primero que debemos asegurar es tener la convicción de lograr que el dinero trabaje para nosotros, en lugar de trabajar uno para obtener dinero. Para ello, cuanto más joven comencemos a generar ahorro, más fácil nos resultará conseguir la independencia económica o estar mejor resguardados al momento de retirarnos.

En el caso del inversor que ya está cerca de jubilarse y que pudo ahorrar lo suficiente durante sus años de actividad como para lograr su independencia económica, el mejor consejo que le

daría es que las rentas que vaya cobrando las utilicen para complementar la jubilación, y no pierda calidad de vida. En síntesis, disfrutar del interés que le genera tantos años de ahorro.

El perfil de la cartera de inversión va a estar definida en concordancia a la etapa de la vida que se encuentre el inversor, entendiendo que cuanto más joven comience a ahorrar más riesgo puede tomar. Un joven, que está comenzando con su planificación financiera, podría destinar hasta un 25% de sus ahorros a instrumentos de renta variable,  bien diversificado y a largo plazo la apreciación de capital debiera ser mayor que en otros instrumentos financieros.

En lo que respecta a las posibilidades que existen hoy en el mercado de capitales, podemos destacar las opciones tanto en pesos (como Lebac, Letras Provinciales, bonos que ajustan por inflación, bonos que ajustan por Badlar, acciones y Fondos Comunes de Inversión), como en dólares (Letes, bonos soberanos, provinciales, corporativos, acciones y Fondos Comunes de Inversión). Luego de elegir la mejor opción, conviene armar una buena estrategia para administrar su patrimonio, contemplando temas fiscales, sucesorios y una diversificación de la cartera de inversión que respete siempre su aversión al riesgo.

El porcentaje que deberíamos destinar mensualmente a inversiones es otro de los factores a tener en cuenta para formar ese fondo de retiro. Esto va a depender mucho de la convicción que cada persona tenga en lograr su independencia económica; entre un 10% y 20% del ingreso mensual es un buen comienzo. Tanto para los trabajadores que tienen un ingreso fijo como para aquellos que por su actividad no saben qué ingreso les espera mes a mes, el mejor consejo es que primero separen ese porcentaje de ahorro, luego con el excedente paguen las cuentas y vayan regulando sus consumos.

Una vez separado el porcentaje destinado al ahorro mensual, el siguiente paso es tomar las mejores decisiones de inversión, pensando dónde colocamos ese dinero. Allí sugerimos destinar 40% para inversiones de corto plazo y 60% de largo plazo.  En ambos casos, para obtener los mejores resultados y conseguir que el interés compuesto se convierta en nuestro mejor socio, es importante entender que la renta que las inversiones vayan pagando, se deben reinvertir para generar una mayor diferencia.

Esta diferencia se amplía exponencialmente si aumentamos el porcentaje anual de rentabilidad obtenida y la cantidad de años de ahorro, por eso insistimos en decir que cuanto más joven comencemos, más fácil será vivir de nuestro dinero.

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