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Janet Yellen será la figura de la semana

La Reserva Federal subiría las tasas, pero hay dudas sobre cuándo volverá a hacerlo porque la inflación está por debajo del 2%

12 junio de 2017

Esta semana, la Reserva Federal acaparará la atención económica global. El mercado descuenta que el miércoles se anunciará una suba de tasas de un cuarto de punto, que sería la segunda del año.  Como no habrá sorpresas en materia de tasas, se espera con interés lo que pueda decir Janet Yellen en la conferencia posterior.

Los mercados tratarán de deducir cuándo se realizará la próxima  suba de tasas que hasta hace un tiempo se descontaba que serían en septiembre pero ahora hay dudas y no se descarta una postergación del movimiento alcista. La visión sobre la marcha  de la economía de la Fed es clave para los mercados porque hasta ahora sus pronósticos han sido cautos y ubican al crecimiento apenas por encima del 2% y lejos de una tasa superior al 3% como ambiciona la Casa Blanca.

Hasta ahora el Gobierno de Trump no puso en marcha ninguna de las dos iniciativas ?rebaja de impuestos y plan de infraestructura?  que debían  darle un impulso al crecimiento. En el mercado financiero se comparte la lectura que la Fed y por eso la tasa implícita en los bonos a diez años bajó desde los niveles que había logrado luego del triunfo de Trump. De todas maneras, la Fed se mueve entre dos fuerzas contradictorias para definir su política. Por un lado, está el mercado de trabajo que muestra datos muy sólidos y por el otro, la tasa de inflación que todavía no alcanza la meta establecida de 2%.

La probable decisión de la Fed le puede un impulso adicional dólar frente al resto de las monedas luego de la ligera suba que tuvo la semana pasada después de que el Banco Central Europeo ratificara su política monetaria. El diferencial de tasas en los próximos meses jugará a favor de los activos denominados en dólares y los mercados toman posición frente a ese dato.

Como se preveía, la semana pasada el Banco Central Europeo ratificó su política monetaria que incluye la compra de bonos, al menos hasta fines de año, y una tasa de interés en 0%. En el comunicado de la autoridad monetaria se destacó que la economía europea muestra una fortaleza superior a la esperada pero que eso no se traduce en una presión sobre los precios por lo cual tiene margen para continuar con la política actual.

Y no hubo indicios en las palabras de Mario Draghi  de que esto puede cambiar en el corto plazo aunque reconoció que desaparecieron los riesgos de deflación. En el comunicado posterior a la reunión de abril se afirmaba que las tasas seguirían en su nivel o incluso podrían bajar, una alternativa que no se mencionó en la declaración de la semana pasada.  Es la única señal de que el BCE en algún momento, no cercano por cierto, puede ajustar su política monetaria. Mientras tanto, la Fed seguirá adelante con su política de normalización monetaria.

A pesar de las diferentes estrategias de los bancos centrales,  los datos de la macroeconomía no son tan diferentes. Los economistas del BCE ahora pronosticaron un crecimiento de 1,9% este año, de 1,8% en 2018 y de 1,7% en 2019. En los tres casos significan un incremento del 10% con relación a las proyecciones de marzo. Pero Draghi reconoció que hay más posibilidades de que esos porcentajes sean superados a que no se alcancen. Por su parte, las proyecciones de la Fed sobre el crecimiento del PIB de Estados Unidos son mayores pero la diferencia es más acotada que la registrada en los últimos años.

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