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¿Cómo invertir con una inflación en descenso?

Si continuamos transitando por el sendero de caída de la inflación, los inversores deben replantearse la conformación de su portafolio

19 junio de 2017

Por Matías Daghero Autor del libro “Con los $ que tengo, ¿qué hago?”

El dato de inflación de mayo de 1,3% y las expectativas de analistas y consultoras que marcan que la inflación del mes de junio se encontraría aún más cercana al 1% dan cuenta del éxito que estaría teniendo finalmente Federico Sturzenegger y el equipo del BCRA en su guerra contra la inflación.

Si bien difícilmente se logre cumplir la ambiciosa meta que se habían fijado para todo 2017, las proyecciones son más que positivas de cara a los próximos meses y años.

Y es importante destacar el enfoque de largo plazo que se le está dando a la batalla de la inflación, uno de los grandes males de la historia económica argentina. Según datos del Indec, en el período que va desde 1945 al 2017 sólo se registraron once años con una inflación menor al 5%. Incluso hubo dieciseis años con una inflación superior al 100%.

La inflación es el mayor villano que ha enfrentado la economía argentina: castiga a los pobres disminuyendo su poder de compra de bienes básicos e impide a los empresarios invertir en un contexto de amplia incertidumbre. Sólo es algo bueno para gobiernos a los que les permite licuar su deuda en moneda local.

Por otra parte, desde el puntode los inversores, estos elevados niveles de inflación hace que poder conservar el poder adquisitivo sea una tarea titánica.

¿Cómo invertir?

De continuar por este sendero de caída de la inflación, los inversores deben replantearse la conformación de su portafolio. Es que, así como el pasaje de grandes devaluaciones en la era kirchnerista y en el inicio de la era macrista a esta revalorización del peso que se viene evidenciando desde mediados de 2016 significaron el pasaje de carteras exclusivamente invertidas en instrumentos en dólares a carteras en las que predominan los instrumentos en pesos, también esta caída de la inflación implica un cambio en la composición de los portafolios de los inversores.

Dentro de las inversiones en pesos, la gran pregunta que se hacen muchos inversores hoy es si conviene invertir en instrumentos a tasa fija en pesos (como las Lebac o los Bontes) o si es mejor apostar por los bonos con ajuste CER.

Existe un ejercicio interesante a realizar que efectúan la mayoría de los operadores de mercado que consiste en determinar la inflación implícita que surge de comparar la curva soberana de bonos en pesos a tasa fija con la curva soberana de bonos en pesos con ajuste CER. En condiciones en las que no existen posibilidades de arbitraje, un bono en pesos a tasa fija debería tener un rendimiento similar al que tendría un bono con ajuste CER. Por lo tanto, la inflación que descuenta el mercado surge de la comparación entre ambos.

Efectuando la comparación con los valores de hoy, los números de inflación proyectada son los que se observan en el gráfico.

De esta manera, si un inversor estima que los números de inflación estarán por encima de los números que marcan los datos del mercado, resultan más convenientes los bonos con ajuste CER. En cambio, si es aún más optimista con el proceso de desinflación le convendrá fijar una tasa en estos niveles por un período más prolongado como podría hacerlo con los Bontes.

Si observamos la evolución del rendimiento de los bonos con ajuste CER (con bonos que rendían debajo del 2% en marzo y hoy rinde arriba de 4%), los inversores parecieran encontrarse muy optimistas con la caída de la inflación y exigiendo un mayor spread para poder igualar el rendimiento de los bonos a tasa fija. ¿Estarán en lo cierto? ¿O será una oportunidad para ingresar a los bonos CER a precios atractivos?

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