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“Hay empate entre Unidad Ciudadana y Cambiemos en la provincia”

"Vemos mucha paridad entre Cambiemos y Unidad Ciudadana en la zona de los 33 puntos, y más atrás Massa con 17% y Randazzo con 5%", afirma Fabio Rodríguez

Alejandro Radonjic 27 junio de 2017

Entrevista a Fabio Rodríguez Economista y socio de M&R Asociados Por Alejandro Radonjic

Fabio Rodríguez es economista, socio de M&R Asociados (en la que hace consultoría política y económica junto a Gustavo Marangoni) y, además, tiene olfato político. Cualidades precisas para navegar las dinámicas aguas del presente. En diálogo con El Economista, habló sobre economía, estrategias y, obviamente, mostró sus números.

¿Qué lugar ocupará la economía, tanto la personal como la nacional, en las decisiones de voto y cuáles son hoy, según sus encuestas, esas percepciones?

Las cuestiones económicas siempre ocuparon un lugar preponderante, y esta vez no será distinto. Aunque, obviamente, va a tener distintas ponderaciones en las diversas franjas del electorado y dependerán, también, de las estrategias políticas. El oficialismo, por ejemplo, está entre un dilema: un pasado que no termina de irse y un futuro que no llega. Y, además, tiene como contrincante una rival que hace del pasado una fortaleza y allí quiere volver. El Gobierno tampoco puede hacer referencia a los resultados del presente porque no los hay todavía, más allá de que se tomaron decisiones positivas para que así sea, y por eso todo va a estar apuntando a demonizar a ese pasado que no se quiere volver por el retroceso que implicaría.

O sea que el votante de Cambiemos no va a votarlo por la situación económica, es decir, no tendrá un “premio”?

No. Lo va a votar por el espanto del discurso de volver hacia el pasado, que el propio Gobierno instala, y también por una forma de gobernar distinta que no tiene que ver con la economía. En cambio, desde todo el universo peronista se hará referencia constante al presente y la falta de resultados. Y por eso vemos varios economistas presentes en las listas opositoras.

Así todo, hay que ver si esa prédica se adhiere porque varios de los problemas actuales no pudieron ser resueltos por el kirchnerismo, por ejemplo. Además, hay gente que todavía le da crédito a Cambiemos y confía en que torcerá el rumbo económico?

Coincido. Y veremos si ese discurso puede captar más allá del núcleo duro. Es un desafío grande porque, además, es un discurso sin autocrítica. No hay ninguna revisión, y ahí aparece la estrategia de las terceras fuerzas,

como la de Sergio Massa y sobre todo la de Florencio Randazzo, de hacer una insinuación de que hubo errores y cosas que se hicieron mal antes de 2015.

Exagerando un poco, desde ya, pero nadie invierte un peso con este escenario, ¿o sí?

Es un poco lo que se habla por estos días tras la no reclasificación por parte de MSCI. Le dijo al Gobierno: “Muchachos, esperen un poco,  ganen sustentabilidad política y, allí, el curso que han elegido para gobernar va a poder continuar”. Un triunfo de Cambiemos en Buenos Aires con algo de holgura, acercándose a los 40 puntos, lo pone en ese camino para afrontar con más probabilidades las cuatro grandes reformas que se vienen: fiscal, previsional, laboral y el acuerdo con las provincias para la moderación fiscal. Ese es el escenario de máxima. Hay uno intermedio: el Gobierno anda cerca del 35% y gana muy ajustadamente. Deberá seguir, como en 2016, con mucho diálogo y consenso, y quizás concediendo algunos puntos de sus reformas. Y quizás con algo más de devaluación. El peor escenario, obviamente, sería estar debajo de los 35 puntos y perder  Buenos Aires. Eso pondrá ruido y volatilidad de corto plazo, aunque nada tremendo, pero casi sin reformas hacia adelante. Sería una transición mediocre hacia 2019.

Va a necesitar apoyo, ciertamente, para lograr una reforma laboral y previsional. No son cuestiones fáciles en el mundo, y Argentina no será la excepción, imagino.

Exacto. Además de la resistencia política, con un Congreso en el que Cambiemos seguirá siendo minoría, estará la de los actores sindicales y sociales. Serán las reformas más complicadas, sin dudas. El Gobierno trata de rehuir del presente, hacer eje en lo negativo del pasado y lo bueno de un futuro que va a venir por una estrategia, centrada en los efectos expansivos de la desinflación a corto plazo, que moderó la suba de precios, pero también el nivel de actividad. Podremos ir a votar una inflación de 1% o algo más, pero con un PIB muy mediocre. El otro error fue esperar una lluvia de inversiones por el solo hecho de que Cambiemos esté en la Casa Rosada.

Vamos, por último, a los números de “la madre de todas las batallas”. ¿Cómo viene la cosa allí?

Tenemos números de fines de mayo, antes del cierre de las listas. La imagen del Presidente en la provincia tiene una brecha negativa estable de 10-12 puntos, y pasa exactamente lo contrario con María Eugenia Vidal, que tiene altos índices de apoyo. En intención de voto, vemos mucha paridad entre Cambiemos y Unidad Ciudadana en la zona de los 33 puntos, y más atrás Massa con 17% y Randazzo con 5%. No estamos viendo, por ahora, un escenario de tercios.

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