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Consumo apreciado

"Para evitar correcciones, el Gobierno debe empezar a tomar medidas para controlar el crecimiento de las importaciones" dice Rodrigo Álvarez

28 junio de 2017

Por Rodrigo Alvarez Socio y director de Analytica

La tranquilidad del tipo de cambio en un contexto de recuperación de los salarios nominales y aceleración del crédito al consumo está impactando fuertemente sobre las importaciones y, consecuentemente, sobre el saldo en cuenta corriente. La caída del precio relativo de los transables, la apertura comercial, el incremento del salario en dólares y el “boom” de créditos personales generan un repunte del consumo.

Sin embargo, ese buen desempeño no impacta significativamente en el PIB debido a su elevado componente importado. Aunque la sensación en la “calle” puede ser de cierto alivio, este resultado es contraproducente desde el punto de vista del equilibrio macroeconómico: si el consumo crece por encima del producto (como se observó en el primer trimestre), la participación de este componente en el PIB crece, incluso podría ubicarse por encima de los máximos históricos registrados en 2015.

Ojo con el consumo

Como venimos señalando, la sostenibilidad del modelo depende crucialmente de un incremento en el coeficiente de exportaciones, que se vería postergado por la dinámica del consumo. Los datos de la coyuntura son elocuentes: en mayo, se registró un rojo comercial de U$S 642 millones, máximo déficit histórico para un mes caracterizado por la abundancia de dólares. Más aún, la compra de bienes importados muestra una dinámica preocupante, liderada por la demanda de bienes durables (vehículos +40% y bienes de capital +11,5% en los primeros cinco meses del año).

En el primer trimestre, términos interanuales, las importaciones crecieron a 4,3%, el consumo 0,9%, la inversión 3% y el PIB, 0,3%. De la variación de las importaciones, el 60% fue explicado por la inversión. Ese es el costado positivo. Sin embargo, el consumo de bienes importados creció 5%. Teniendo en cuenta que el consumo tiene un componente local y otro importado, este resultado implica que el consumo de bienes de producción nacional cayó significativamente ya que el agregado creció 0,9%. A su vez, la elasticidad de las importaciones a PIB muestra cifras preocupantes: las importaciones crecieron 14 veces lo que el PIB (4,3 versus 0,3), muy por encima del promedio histórico (en torno a tres veces).

El ministro Nicolás Dujovne se ha expresado varias veces en favor de un esquema macroeconómico sustentable. Los resultados recientes del sector externo nos llevan a poner el foco no sólo en el desempeño de las exportaciones sino también de las importaciones de manera tal de conseguir la sostenibilidad del modelo económico.

Un rebalanceo

En informes recientes hemos destacado como el “consumismo” se obtuvo en detrimento de las exportaciones y, por lo tanto, de la sostenibilidad externa. Creemos que la administración Cambiemos debe llevar el consumo a niveles congruentes con sus pares de la región (alrededor del 67%). La forma “grácil” de hacer el ajuste es logrando que el PIB crezca por encima del consumo, liderado por la inversión. Esto es así debido a que el contexto internacional y la apreciación real dificultan una dinámica liderada por las exportaciones. La actual configuración de precios relativos, digamos “electoralista”, no contribuye al ajuste virtuoso debido a que incentiva que el consumo importado crezca muy por encima del PIB, afectando el resultado en cuenta corriente y la sostenibilidad externa.

Parte de las correcciones necesarias las implementó la decisión del Morgan Stanley de mantener el país como fronterizo ya que el tipo de cambio nominal ajustó parcialmente. El resto de las correcciones, al parecer, deben esperar a octubre cuando finalice el periodo electoral. Para evitar correcciones abruptas, el Gobierno debería empezar a tomar medidas para controlar el crecimiento de las importaciones ya que la actual configuración de precios relativos atenta contra la sostenibilidad externa y no tiene efectos dinamizantes sobre la actividad económica.

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