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Quién se atará al reclamo por el empalme del CER

En la city se preguntan qué pasará cuando salga el IPC Nacional en julio

19 mayo de 2017

Conocidas las largas caminatas por Tribunales que están haciendo en estos días los funcionarios que participaron del Gobierno kirchnerista, las máximas autoridades de Cambiemos que ejecutan hoy el poder andan con pie juntillas, para ver qué firman, donde ponen los dedos y qué secuelas pueden tener en el futuro las decisiones que toman en este momento.

Saben perfectamente que, por ejemplo, el ex ministro Julio De Vido tiene 38 causas en contra, cuatro graves, y que va esquivando una tras otra, con gran dificultad, porque en su momento se tomó el trabajo de no dejar su huella como autor de determinadas medidas: en general viene demostrando que la decisión la tomó otro y que la culpa no le corresponde.

Uno de estos temas intrincados que se están tomando en estos días, y que seguramente tendrá largas secuelas en el futuro, es la decisión de arreglar otra de las tremendas herencias dejadas por los estragos K: la decisión de terminar de ordenar el Coeficiente de Estabilización del Referencia (el índice CER), un índice de ajuste diario ideado por Roberto Lavagna en 2002 tras la “pesificación” de créditos y deudas con la idea de reflejar la evolución de la inflación. Este índice se utiliza para un sinnúmero de aplicaciones, entre ellas marcar el pulso de los bonos atados a ese indicador, pero también para actualizar, por ejemplo, las cuotas de los créditos hipotecarios como una forma de indexación.

Debido a los estragos que provocaron los K en el Indec, el ex ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, firmó en junio del año pasado una resolución en la que se indicó que el CER volvía a calcularse en base al Indice de Precios al Consumidor (IPC) difundido por el Indec, pero durante el período en que ese organismo se declaró en “emergencia estadística” se resolvió tomar como referencia el IPC Ciudad de Buenos Aires y San Luis.

El gran tema

El gran tema es que ahora todo está preparado para que el 11 de julio próximo se termine de arreglar el desbarajuste, haciendo que el CER ya no ajuste únicamente por el IPC-GBA sino que pase a variar según el IPC-Nacional.

Frente a esta modificación, todos los tenedores de títulos ajustables con este indicador están con los cañones preparados. Sucede que las tarifas de los servicios públicos de la ciudad de Buenos Aires y alrededores están más atrasadas que las tarifas que hay en el interior del país. Y, en consecuencia, se supone que a partir de julio próximo el IPC-Nacional será bastante inferior al IPC-GBA.

¿Qué significa esto? Está, por supuesto, la discusión de lo que se calcule para atrás, en la época de ceguera del Indec. Pero a futuro, si en la práctica, en los doce meses que vayan de julio de este año a junio del año que viene el IPC-GBA medirá varios puntos más que el IPC-Nacional. Eso permitirá que el Estado, que está endeudado en los bonos CER, pague bastante menos a los tenedores de este tipo de títulos. Por eso el tema causa bastante ebullición en la “city”, sobre todo entre los banqueros, que tienen una parte importante de sus carteras viajando encima de la díscola inflación argentina.

Las voces

Frente a esto, el analista Diego Martínez Burzaco destacó: “Hay una gran incertidumbre en cuanto a cómo van a empalmar la serie y qué impacto tendrá esto para el inversor. A priori, el IPC Nacional está dando un poco menos que el IPC metropolitano, pero poco significativo. Me parece que la fuerte demanda de los bonos viene más por el último dato muy malo de inflación que valoriza el CER y pone expectativas muy altas para lo que viene. Si la inflación apunta a 21%-22% anual, los bonos con CER seguirán con buena demanda, ya que, por ejemplo, un Discount $ que ajusta por CER da una tasa real de 3,8% anual”.

Por su parte, el operador Nery Persichini, indicó:  “El primer impacto de la noticia de que el BCRA cambiará en julio la base para medir las metas de inflación por el IPC Nacional fue negativo para los títulos CER. No obstante, si miramos las expectativas de inflación del REM del IPC-GBA y el incipiente IPC Nacional, no se ven diferencias sustanciales. Por eso creo que en el mediano plazo no deberían haber efectos importantes sobre el rendimiento de los CER. Incluso en las últimas ruedas, producto del dato de inflación de abril, estos bonos mejoraron”.

A su vez, Eduardo Blasco destacó: “A mediano plazo, una vez que el efecto ajuste de tarifas pierda la incidencia actual en el índice AMBA, el efecto en los bonos que ajustan por CER no significaría cambios de relevancia. Por lo tanto, para el inversor que le interese mantener en moneda constante sus ahorros, la compra de bonos ajustados por CER seguiría siendo una razonable alternativa”.

El economista Fernando Marengo opinó: “Sefinitivamente podría existir un problema ya que todos los instrumentos que ajustan por CER dependen de la inflación que calculaba el Indec. En todo el período que el gobierno anterior falseó los datos de inflación los acreedores estuvieron recibiendo menores pagos justamente porque publicaban una inflación inferior a la real. Los acreedores entienden que les deberían pagar toda la diferencia que generó sobre el CER la diferencia entre la inflación real y la anunciada. El punto es que no hay inflación del Indec verdadera para atrás. Justamente entiendo que este es uno de los puntos por los cuales no se ajustaron hacia atrás los datos de inflación”.

Los inversores están expectantes, en contacto directo con sus estudios jurídicos, para hacer el reclamo correspondiente no bien el Gobierno decida qué índice se seguirá utilizando para ajustar las deudas. Frente a esto, los diferentes miembros del equipo económico de Mauricio Macri se van pasando el tema de uno a otro, como si fuera una papa caliente.

El vicepresidente del BCRA, Lucas Llach, le explicó a El Economista que “el índice con que se ajusta el CER lo decide Hacienda y, por ahora, es el IPC-GBA, pero seguramente cuando cambie el índice a nacional se use el IPC Nacional”. Y agregó: “Ya se hizo varias veces el empalme, y no hay mucho que decidir. A partir de cuando empiece el nuevo índice, se hace el empalme”.

Y en la conferencia de prensa que dio este miércoles el titular del BCRAl, Federico Sturzenegger, contestó un par de preguntas al respecto. Confirmó que “se venía usando el índice CABA y en algún momento el San Luis, y la idea es pasarlo al Nacional. Pero eso es algo que tiene que decidir Hacienda, el ministro Dujovne, y de ninguna manera nosotros en el BCRA”. La manera tajante con que se sacó el tema de encima se pareció bastante a alguien que decía: yo no voy a dejar mi pulgar pegado en una decisión que seguramente originará una ola de juicios en el futuro.

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