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Pymes: entre los incentivos y la agenda pendiente

Desde hace más de un año el Gobierno puso en marcha iniciativas de apoyo a las pymes, sin embargo, los desajustes de la economía aún golpean al sector

30 mayo de 2017

Por Carlos Boyadjian

En los últimos dieciocho meses se oyó más veces la palabra pymes que en las últimas décadas. Pocas veces en la historia reciente un Gobierno nacional consideró en su agenda de trabajo a las pequeñas y medianas empresas, un sector muy heterogéneo, que atraviesa a firmas agropecuarias, empresas industriales, el comercio y los servicios, que es el mayor empleador en la economía argentina pero que, por sus propias características, carece del poder de lobby que sin dudas tienen otros sectores productivos.

Esta política oficial marcó algunos hitos el año pasado como la sanción de la Ley Pyme 27.264, la ley de Autopartes (27.263) y la de Emprendedores (27.349), que prevé el marco de incentivos para la creación de nuevas empresas. Además, se adoptaron medidas ejecutivas de índole impositiva que determinaron beneficios concretos para apuntalar a las empresas en su capital de trabajo, el diferimiento del IVA a 90 días o la posibilidad de tomar a cuenta de compromisos tributarios un porcentaje de las inversiones realizadas o los pagos del impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios (impuesto al cheque) a cuenta del impuesto a las Ganancias. Además, se establecieron créditos a tasa subsidiada para la compra de equipamiento, insumos, partes y piezas.

La coyuntura

Pero más allá de las medidas o las buenas intenciones, lo cierto es que las pequeñas y medianas empresas están lejos de atravesar un vergel. Entre las mayores preocupaciones del sector, las pymes están afectadas por la inflación, la pesada carga impositiva, problemas de logística y transporte, pérdida de competitividad exportadora por el atraso cambiario, que se suman a un escenario sumamente complejo en materia de actividad por la caída del poder adquisitivo que tienen los consumidores.

Una reciente encuesta realizada por la Fundación Observatorio Pyme sobre 423 pequeñas y medianas empresas industriales, destaca que el 62% de los consultados manifiesta que su rentabilidad empeoró en el último año, mientras que 47% de las pymes industriales no ha invertido y seis de cada diez señala que aumentó el costo de su principal insumo.

En cuanto a los principales desafíos que afectan a las pymes industriales, el retraso en los pagos de los clientes fue mencionado por el 67% de los consultados, mientras que el 64% dijo que es la caída de ventas, el 59% el incremento en los costos salariales y 58% el aumento de las materias primas. Más atrás viene la pérdida de participación de mercado por la entrada de productos importados (35%), dificultades de financiamiento (30%) y dificultades para satisfacer la demanda (13%).

En este contexto, durante el primer trimestre del año, las cantidades vendidas registraron un retroceso de 1,8% respecto del mismo período del año anterior, una mejora frente a la contracción del 6,5% registrado en el cuarto trimestre de 2016. Esto se tradujo también en una baja del 2,7% interanual, una desaceleración de la caída del período octubre-diciembre de 2016 (-3,9%).

“Vemos que la caída de la actividad de las pymes industriales se está desacelerando”, sostiene Pedro Cascales, empresario pyme y secretario de prensa de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Agrega que el otro punto relevante es que en comparación al año pasado bajó mucho la inflación “aunque un 22% de inflación es muy alto”, apunta. Pese a ello, indica que ve “con preocupación las altas tasas de interés”. En este contexto, explica que “las pymes no van a tomar crédito para adquirir bienes de capital si no hay una reactivación concreta”.

Por su parte, Luis Lewin, vicepresidente de la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta y Tecnologías para la Producción (Carmahe), asegura que 2016 fue “un año muy planchado” en términos de actividad para compra de bienes de capital, hubo consultas y pedido de presupuestos pero no mucho más. En lo que va de este año muchos de esos proyectos están empezando a concretarse. “Se nota un repunte suave con tendencia a sostenerse en el tiempo”, estima Lewin, pero aclara que la carga tributaria es una de las más altas de la región, mientras que otro de los desafíos es el financiamiento.

Recientemente,se presentó en el Congreso el proyecto de ley de Compre de Trabajo Argentino, que puede lograr cierto consenso en las cámaras legislativas. Entre otros aspectos, estipula que el 25% de las compras del Estado deben ser realizadas por pymes en el país o si no hubiere posibilidades, debe considerarse la transferencia de tecnología a empresas locales. También se propone incrementar la preferencia de compra a favor de empresas nacionales del 5% a 6% para las grandes empresas y del 7% al 12% para las pymes.

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