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Polémico cambio del BCRA agitó fantasmas con la medición de la inflación

“Mantener IPC GBA cuando se había anunciado el más amplio sería cambiar”, dijo el VP del BCRA, Lucas Llach. “Y eso es lo peor”, aclaró

05 mayo de 2017

La cuestión estadística en Argentina quedó herida de muerte luego del desastre que hizo el kirchnerismo. Todos los datos, absolutamente todos, quedaron en tela de juicio después de que el Indec fuera intervenido por el inefable Guillermo Moreno y su patota. Ese hecho de la historia política del país dejó un nivel de sensibilidad con respecto a ese tema virtualmente único. Cualquier cosa que pueda aparentar, aunque sea mínimo, un retroceso en la “pulcritud” que Cambiemos adoptó desde que asumió el poder, genera un ruido excesivo e innecesario. Eso le pasó en las últimas horas BCRA, cuando reafirmó que utilizará a partir de junio el IPC Nacional (que publicará el Indec) y ya no más el IPC GBA como parámetro del cumplimiento de sus metas.

Las críticas, desde el sistema financiero, se hicieron oír. “Por lo pronto, es muy desprolijo. Dicen que van a empalmar las series, algo confuso además. No queda claro nada de lo que piensan hacer. Pero lo que queda flotando en el aire es que van a tener, medido por el índice nacional, una inflación anual más baja que se acerque a su meta”, decía el gerente de un banco extranjero que opera en el país. Según su visión, “el Central tranquilamente podría utilizar el IPC Nacional recién el año que viene y seguir midiendo el éxito de sus metas con la inflación actual. Cambiar a mitad de camino, más cuando se presume que el IPC Nacional dará más bajo, embarra la cancha y expone a un gran equipo de profesionales como el que tiene el BCRA a las críticas”, afirmaba el ejecutivo.

Dos cosas son ciertas. Una, tal como repiten constantemente en el Central, la entidad ya había avisado en septiembre del año pasado que al momento de que saliera el índice nacional, iban a utilizarlo como parámetro. Pero también es cierto que el banco podría no haberse arriesgado a la polémica y utilizar ese índice el año próximo. “Lo peor en metas de inflación es apartarse de lo anunciado, me parece. Mantener GBA cuando se había anunciado el más amplio sería cambiar”, dijo el VP del BCRA, Lucas Llach, cuando se unió al debate con otros economistas y este columnista, vía Twitter. “Venimos de una época de manipulación y es comprensible toda paranoia. Pero me parece más arbitrario la fecha en la que cambiás de índice que someterse a lo que decidiera el Indec”, se defendió Llach.

Por lo pronto, en la mesa chica del Central aún no se animan a decir cómo terminará el partido de la inflación y sus ambiciosas metas. Creen que es prematuro vaticinar si llegarán a cumplirlas pero, algo que antes no se escuchaba, empiezan a abrir el paraguas. En caso de que la inflación de este año sea superior al 17%, “no pasa nada”. Ese es el nuevo speech que empieza a escucharse en los pasillos de Reconquista al 200. Igualmente confirman que no cambiarán la meta, algo que algunos países con el mismo régimen han hecho pero con un costo de credibilidad enorme (por caso, Brasil). El número de abril viene igualmente alto. Por ejemplo, Estudio Bein calculó que el IPC del mes pasado llegó a 2,2%. En otras consultoras hablan de un piso de 2% también. Así, la inflación acumulada en lo que va del año llegaría a más de 8%.

¿Cómo sigue la película? Según el informe de Bein, el grueso del impacto de las tarifas sobre la inflación del GBA fue reflejado en los primeros meses del año. Resta el aumento ya anunciado de la tarifa de agua con impacto bajo en mayo, y la nueva ronda de aumentos en gas y electricidad que se aplicarán recién después de octubre. “De momento, no hay aumentos anunciados en transporte público de pasajeros, cuya última suba fue en abril del año pasado en el caso de los colectivos y trenes urbanos y en noviembre en subtes, una vez que se logró la aprobación luego de las demoradas audiencias públicas”, dice.

El paper de Estudio Bein dice que “la presión bajista del dólar en estos meses contribuye a moderar los efectos de segunda ronda de las tarifas” en un contexto en el cuallas paritarias privadas empiezan a cerrarse en torno al 24/25% y las paritarias públicas al 21/22%. “Sostenemos nuestra proyección de inflación para el año en 20,5%, 17% cuando se netea del impacto directo de la suba en las tarifas”, afirma.

Sea como sea, lo cierto es que el Central está apuntando los cañones a conseguir que la inflación baje. Actuó en el mercado secundario de Lebac aumentando las tasas y ahora se pagan 25% anual. También ahora interviene en el mercado del dólar cuando perforó el piso de los $15,30 en el circuito mayorista. El jueves la rueda tuvo la tan mentada volatilidad que siempre pide el Central. Arrancó en $15,36, luego pasó a $15,42 y terminó en $15,31. Todo un sube y baja. El dólar es, aunque no lo admitan en el Central, un ancla. También, esto sí lo admiten en la entidad, funciona como un ancla la meta del 17% porque ?dicen? si hubiera sido más alta, los precios hubieran ajustado de entrada en esa magnitud. Sea cierto o no, lo concreto es que la primera mitad del año está jugada con una inflación elevada. Faltan los segundos cuarenta y cinco minutos del partido.

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