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¿Hay margen para potenciar la relación económica con China?

La visión de Marcelo Elizondo en la víspera del viaje de Macri a Asia

11 mayo de 2017

“El potencial de China para Argentina es enorme”, dice Marcelo Elizondo, número uno de la consultora DNI, en las vísperas de la visita de Estado del Presidente a Asia. Vaya sino: 1.300 millones de habitantes, migración rural-urbana y un PIB que vuela 6-7%.

“En el comercio, porque de los siete principales sectores exportadores argentinos nuestro país tiene allí grandes oportunidades en cinco (vegetales, alimentos elaborados, minerales, aceites y productos del reino animal, los cuales representan el 60% del total de nuestras exportaciones)”, dice Elizondo.

El interés de China es enorme y explica casi 10% de las importaciones mundiales aunque, también es cierto, las exportaciones criollas hacia allí dejaron de crecer hace varios años y no hay indicios de una aceleración inminente.

¿Puede agrandar su share nuestro país? Hará falta más que un Jack Ma, parece. “Argentina (que produce agroalimentos, uno de los productos que más demanda China, y puede producir energía y minería, que también son demandadas por el gran país de oriente) está en un rango que el ubica apenas entre el trigésimo y el cuadragésimo lugar entre los proveedores de China en el mundo”, nos recuerda Elizondo.

Luego subraya con mayor énfasis que hay un gran potencial para Argentina en posibles inversiones, y es allí donde Mauricio Macri parecería que va a poner sus mayores esfuerzos, “porque China es el segundo inversor externo en América Latina (detrás de Estados Unidos), y Argentina está en busca de inversión extranjera”. Y los orientales recién figuran en el número 18, con apenas poco más de US$ 700 millones, en el ranking de los principales inversores del país.

Argentina, advierte Elizondo, tiene aún poquísima presencia en esta materia (en general, además, la inversión extranjera en Argentina aun no sube significativamente): los niveles de IED son escasos y la mejora en la recepción de inversiones será estratégica para el futuro de Argentina. La visita ayudará, sin dudas, pero no reemplazará la necesidad del país de hacer más y diversos deberes para atraer mayores flujos. A no ilusionarse, como Néstor Kirchner, con un nuevo “cuento chino”?

“Una combinación, pues, de realidad y potencial, de futuro y presente, rodea a esta visita presidencial que puede convertirse en uno de los hechos más relevantes en las relaciones económicas productivas argentinas en el año. La relación entre Argentina y China puede ponerse ante este hecho en un marco que posibilite advertir que mejores resultados requieren una mirada estratégica que apunte a que, dado que no resultará sencillo el mero crecimiento del comercio, éste debe apuntarse como muy útil, pero también es de esperar que se generen entre empresas argentinas y chinas proyectos asociativos, que generen inversión para nuevos negocios que también probablemente terminen en el intercambio comercial”, agrega Elizondo.

Esto es, concluye Elizondo, “más capacidad de generación de bienes y servicios que permita además mayor productividad y competitividad atendiendo intereses complementarios debería ser el efecto de proyectos entre partes de ambos países: se puede también, pues, pensar más en los actores que en el escenario, y más en empresas que en el mercado chino en particular”. No será fácil, desde ya, y es importante intentarlo.

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