Las elecciones de medio término son distritales. Cada provincia, una estrategia electoral distinta. Esa idea es la que prima también en el Partido Justicialista. Bajo ese paraguas se excusan los gobernadores peronistas que buscan diferenciarse del kirchnerismo. Pase lo que pase en la provincia de Buenos Aires. Pese a que, como contó El Economista en el informe electoral del último viernes, en algunos escenarios se negocien acuerdos entre ambos sectores.
En ese marco surge la liga de gobernadores. Mandatarios que se diferencian del kirchnerismo y que vislumbran una actitud dialoguista con el Ejecutivo Nacional. “Cada uno tiene su impronta. No hay una homogeneidad, pero lo que sí existe es un común denominador que son los problemas que tenemos en cada una de nuestras administraciones”, aseguró ayer a Clarín Gustavo Bordet, de Entre Ríos. Y señaló: “No nos sentamos un grupo de gobernadores con el fin de llevarle planteos extorsivos al Gobierno nacional para que nos de más recursos o más obras”. Pese a señalar que “las candidaturas, en este caso en la provincia de Buenos Aires, son una estrategia de los compañeros de esa provincia”, Bordet afirmó que “el objetivo de cada provincia debe ser un peronismo unido”. “Una lista de consenso, mayoritariamente de consenso, digamos, y quien no esté de acuerdo puede ir a las PASO”, detalló.
En el mismo sentido declaró Juan Schiaretti, al sostener que “no queremos pelear con el Gobierno, le queremos ganar las elecciones”. Aseguró a su vez que “el peronismo está en una fase de reorganización y podrá comenzar con más fuerza luego de las elecciones; hablo y coincido con colegas que estuvieron más vinculados al kirchnerismo, pero que ya consideran que es una etapa superada y, por lo tanto, vamos a caminar juntos”.
