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“El límite del BCRA a la apreciación del peso es la suba del desempleo”

José María Segura (PwC) analizó cuáles son los desafíos de la política ecónomica y las reformas necesarias para apuntalar el crecimiento

08 mayo de 2017

Entrevista a José María Segura PwC Argentina

El Economista dialogó con José María Segura, economista jefe de PwC Argentina, sobre cómo arrancó el 2017, los desafíos de la política económica y la necesidad de reformas para apuntalar el crecimiento.

Ya pasó el primer cuatrimestre del 2017. ¿Cómo viene el nivel de actividad?

La economía marcha a dos velocidades. Por un lado, está el sector agroindustrial, que reaccionó positivamente a la devaluación y la quita de retenciones, así como toda su cadena de valor. Por otro lado, están los sectores ligados al mercado interno, que vienen con un ritmo más bajo y recién ahora empiezan a mostrar signos de recuperación, que entendemos se consolidarán hacia el segundo semestre, de la mano de la obra pública y el crecimiento del consumo ligado a la suba de los ingresos disponibles por la desaceleración de la inflación.

Más allá de la meta del 2017 y sabiendo que pensar en 2018 y 2019 es casi una herejía dado el cortoplacismo imperante, ¿avizora que será posible llevar la inflación a niveles de 5% hacia el final del mandato de Mauricio Macri o serán necesarios más instrumentos que los actuales? Varios de sus colegas apuntan a que debería haber más acompañamiento fiscal...

El 2019 es larguísimo plazo y va a depender de diversas cuestiones. El gasto público es un factor importante, que también tiene que ver con las expectativas y la sostenibilidad del modelo a largo plazo. La apuesta del Gobierno, que eligió no hacer un ajuste tipo shock tradicional, es que el propio crecimiento del PIB genere más recursos tributarios que no hagan necesario ese shock fiscal. El Gobierno dijo que, si con el crecimiento no alcanza, ajustarán el gasto. Si cumple con su palabra, la pauta es alcanzable. Distinto sería el caso si no se crece lo suficiente o el Gobierno no cumple con su promesa de ajustar el gasto.

En un informe de PwC distribuido la semana pasada usted habla de que “llegó la hora de la micro”, señalando que hacen falta reformas en ese campo para crecer con más vigor. ¿Qué items tiene esa agenda micro?

La combinación de la política fiscal y monetaria en curso deja a la economía con una oferta de dólares elevada que, consecuentemente, presiona a la baja el tipo de cambio. Y todo indica que eso va a seguir y no tendremos un tipo de cambio real más devaluado hacia adelante, a excepción que haya un shock no previsto. Si eso será así, hay sectores menos dinámicos que tendrán más dificultades porque los costos fiscales, laborales y financieros no son consistentes con ese nivel de tipo de cambio. Para que esos sectores no se queden atrás, serán necesarias reformas en esos niveles, que no necesariamente implican flexibilización laboral o bajar impuestos, sino también atacar regulaciones innecesarias que pueden mejorar e incrementar la competitividad. Por ahora, el Gobierno ha elegido los acuerdos microsectoriales, como el de Vaca Muerta o el de la construcción. Es muy importante porque, como decía, el financiamiento que se está tomando para graduar el ajuste debe ser repagado a futuro. Hoy, ese fitativas son que puede ser repagado. Pero si a mediano plazo no se mejora la oferta exportable y la generación genuina de dólares, las expectativas pueden darse vuelta y se puede retraer el financiamiento.

Entre sus colegas suyos dicen que las ganancias de productividad tienen que ser muy amplias y rápidas, algo que no siempre ocurre dado que suelen ser lentas, para compensar el atraso cambiario que la mayoría dice que llegó para quedarse...

No estimo que el tipo de cambio vaya a apreciarse significativamente en términos reales, aunque ciertamente no se va a devaluar. Va a oscilar entorno a los niveles reales actuales. En el BCRA saben que el límite social de la apreciación cambiaria es el crecimiento del desempleo. Ese límite no lo van a pasar, aunque no lo hayan dicho explícitamente, aun a costa de sus otras metas.

¿Qué implicaría para la economía que Cambiemos se imponga en octubre? La elección se impuso como un referendo de la gestión...

Si eso ocurre, tendrá más impacto en las expectativas que en la política porque difícilmente Cambiemos obtenga la mayoría en el Congreso: va a tener que seguir consensuando para aprobar leyes. El impacto en las expectativas y la señal hacia los mercados, en cambio, pueden ser muy positivos.

¿Qué podemos esperar para el empleo privado en los próximos años? Están los que dicen que, por los altos costos y la automatización, va a ser difícil que haya un boom...

En la medida en que la economía gane dinamismo debería generar más empleo privado. Aunque es cierto que, por el avance de la tecnología que reemplaza mano de obra, cada punto de inversión nuevo generará menos empleo que en el pasado. También dependerá de la reforma laboral y los costos que se abaraten en ese sentido.

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