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Las legislativas importan (y mucho)

Los antecedentes muestran que los gobiernos ajustan sus estrategias a los resultados. ¿Qué puede pasar después de octubre?

26 mayo de 2017

Los resultados de las elecciones legislativas que se realizarán el 22 de octubre tendrán mucha influencia en los próximos dos años. En eso coinciden el Gobierno y la oposición, aunque sus objetivos sean distintos. Para la Casa Rosada deben servir para lograr una ratificación por parte de la mayoría de la sociedad del rumbo del país mientras que la oposición procurará demostrar que la experiencia de Cambiemos terminará irremediablemente en 2019. La idea del plebiscito sobre la gestión parece atraer a todos.

En la intimidad, los funcionarios del Gobierno afirman que muchas decisiones de inversión están postergadas hasta después de las elecciones porque entre los empresarios hay dudas sobre la continuidad de las actuales políticas. Mauricio Macri está convencido de que en el mundo de los negocios hay preocupación por un retorno del populismo y cree que la única manera de disiparla es con un triunfo oficialista en octubre. ¿Es realmente así o no hay más inversiones porque faltan algunas condiciones e incentivos económicos y se usa a las elecciones como excusa? Eso se verá después de octubre si gana Cambiemos.

El resultado de las elecciones será decisivo para determinar la capacidad de negociación que tendrá del Gobierno con otras fuerzas políticas. En ningún caso cambiará sustancialmente la composición del Congreso pero no será lo mismo ganar que perder para impulsar su agenda legislativa. En 2018 el Gobierno intentará avanzar con iniciativas como la reforma impositiva, la relación fiscal con las provincias y cambios en el sistema previsional que son temas que necesariamente deben pasar por el Congreso y no serán aprobados sin acuerdos con, al menos, algún sector de la oposición. .

Los antecedentes

Muchas veces los gobiernos, ante una derrota, trataron de relativizar la importancia de las elecciones legislativas y, en otros casos, se valieron del triunfo para concentrar más poder. Pero, en todos los casos, la experiencia indica que tomaron muy en cuenta los resultados para redefinir sus estrategias para los dos años siguientes.

Los ejemplos recientes muestran que, luego del triunfo en 2005, Néstor Kirchner se sintió con mucho respaldo, decidió hacerse cargo del manejo de la economía y despidió a Roberto Lavagna, y, además, comenzó la construcción de una alianza con un sector del radicalismo para fragmentar a la oposición. Cuando Cristina perdió en 2009, estableció la AUH para recuperar apoyo en los sectores populares que en las elecciones legislativas no habían respaldado al Gobierno en la magnitud esperada y lanzó una serie de iniciativas como la Ley de Medios para reconstruir poder político a partir de la polarización. Y ganó en 2011, pero fue un hecho excepcional, porque en los demás casos, el resultado de la elección previa anticipó el de la presidencial siguiente. Una razón más que suficiente para que la Casa Rosada haga todo lo posible para ganar en octubre.

Claves

En cuatro de las cinco elecciones legislativas realizadas en la mitad de un mandato presidencial, el resultado anticipó la suerte que correría el oficialismo dos años después, o antes, en el caso de 2001.

Desde 1983 los resultados de las elecciones previas a las presidenciales anticiparon un cambio de signo político en la Casa Rosada en cuatro oportunidades y no lo hicieron en tres: 1993,2005 y 2009.

El resultado no cambiará sustancialmente la composición del  Congreso pero determinará la  capacidad del Gobierno para negociar con otros bloques e impulsar su agenda legislativa.

Macri es el que más importancia le da al resultado, porque a su juicio, los empresarios demoran sus de inversiónes porque están esperando que el actual rumbo económico sea ratificado en las urna.

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