Días atrás el espacio dentro del peronismo que promueve el exministro del Interior, Florencio Randazzo, sumó a sus filas a Alberto Fernández, exjefe de Gabinete de Néstor Kirchner, que ocupaba las filas -con poca participación- del Frente Renovador.
“Con Florencio coincidimos en dos cosas: en construir una oposición homogénea sin fisuras, y a su vez, en que sea una unidad real con debates, que podamos discutir”, declaró ayer Fernández, que será el jefe de campaña del randazzismo.
Su apartamiento del massismo no generó muchos ruidos dentro del espacio, donde provocaba algunas molestias y ya había protagonizado fuertes cruces cuando visitó a la dirigente social detenida Milagro Sala en la navidad pasada. El exfuncionario kirchnerista reconoció “ciertas diferencias” con Sergio Massa.
No obstante, el apartamiento de Fernández puede producir un efecto cascada que perjudique al frente que lidera Massa. La desperonización que le otorga al espacio la diputada del GEN Margarita Stolbizer puso en cuestión la continuidad de, entre otros, el triunviro de la CGT Héctor Daer y la del diputado nacional Felipe Solá. Este último había jugado en los primeros meses del año como posible candidato en la Ciudad, postulación que fue luego descartada. Cuando se recupere de una “pequeña intervención quirúrgica”, Solá podría mostrarse cerca del randazzismo, al igual que Daer y el diputado Facundo Moyano. Para reducir el efecto, desde el massismo dejaron trascender la intención de ir a unas PASO que incluya a Randazzo, en caso de que se le niegue esa alternativa dentro de la estructura del PJ.
Randazzo, que tiene dificultades para ampliar su espacio ante la posibilidad de que Cristina Fernández de Kirchner sea candidata, mantiene la iniciativa de buscar en aquellos sectores del peronismo que se alejaron del kirchnerismo en el último tiempo. Como sucedió, por caso, con el Movimiento Evita.
