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El ansiado rebote aún no llegó

La política pública puso mucha atención en reducir la carga tributaria y ofrecer mecanismos de financiamiento para las pymes, que resultaron tibios paliativos

30 mayo de 2017

Por Marcos Cohen Arazi Ieral PYME de la Fundación Mediterránea

El 2016 terminó con una caída en la actividad económica general de 2,3%, que resultó el cuarto episodio recesivo desde 2003: la economía se había contraído 5,9% en 2009, 1% en 2012 y 2,5% en 2014. No debe perderse de vista que la economía argentina no creció entre 2012 y 2016. En 2017 se espera una recuperación leve, entre 2% y 3%, pero el desempeño económico general no necesariamente se condice con la realidad de las pymes.

En ese período la cantidad de Mipymes existentes experimentó un fuerte estancamiento (aunque, en el sector industrial, una caída) ?hasta donde los datos permiten corroborarlo, que es 2015- y en la actualidad no podemos asegurarlo, ya que esta estadística oficial también está estancada.

El 2017, año con expectativas de rebote, aún no presenta cifras auspiciosas para el sector pyme en su conjunto a nivel nacional, pero existen disparidades regionales importantes. El sector comercial pyme manifiesta una caída de 3,9% en primer cuatrimestre del año. Es levemente mayor en bienes durables, pero sumada a la fuerte caída en 2016, la situación económica de esas pymes es compleja. El sector industrial pyme, según CAME, acumula una caída de 3,2%, pero viene de sucesivas caídas desde 2014, ubicándose en 2017 alrededor de 15% debajo de los niveles de producción de 2013. Entre pymes comerciales e industriales representan alrededor del 40% de las mipymes argentinas, y aún no recuperan sus ventas: apenas puede decirse que están cayendo cada vez menos. En el sector servicios, con menor disponibilidad de información, se puede presumir una situación similar a la del ámbito comercial, ya que tiene drivers similares.

Hay sectores pyme que están saliendo de la recesión, aunque son minoritarios. Las Pymes constructoras (4% del total de Mipymes), luego de 14 meses de registros negativos tuvieron su primer registro positivo en marzo de este año, cuando su actividad fue 11% mayor a la del mismo mes en 2016. El sector con la recuperación más marcada es el vinculado a la fabricación de maquinaria agrícola y agropartes, mayoritariamente pymes si se excluyen las máquinas de mayor envergadura (como tractores y cosechadoras), cuyas ventas se incrementaron 24%  en el primer trimestre (comparación interanual) y permite acercar al sector a los niveles de venta de 2011, según cifras oficiales.

En la medición que IERAL realiza para la provincia de Córdoba incluyendo a las agropartes, la mejora en el primer trimestre supera el 40% (cifras preliminares) y se destaca un fuerte repunte en la ocupación de las plantas industriales, hoy en 76% (en 2015 llegó al mínimo de 58%). El caso de la fabricación de maquinaria agrícola y agropartes, cuya generación de puestos de trabajo se concentra en 78% entre las provincias de Córdoba y Santa Fe, castigado fuertemente en el período 2012-2015, experimenta una fuerte recuperación y permite recomponer parcialmente la actividad regional, pese a que los indicadores nacionales aún no reflejen una mejora general.

La política pública puso mucha atención en reducir la carga tributaria (levemente) y ofrecer mecanismos de financiamiento para las pymes, que resultaron tibios paliativos hasta el momento, porque el consumo masivo, que era el motor de crecimiento principal en años recientes, no ha repuntado. Encontrar los nuevos factores del crecimiento sostenido en este y en próximos años resulta el principal desafío para las pymes.

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