Por Delfina Torres Cabreros y Carlos Boyadjian
A casi dos meses de entrar en vigor la eliminación del arancel de importación de 35% para notebooks, netbooks y tabletas, la baja de precios al consumidor final ?el objetivo declamado por el Gobierno Nacional- muestra una gran dispersión dependiendo de los productos y los locales comerciales, mientras que los costos asociados a la industria local en términos de actividad y pérdida de puestos de trabajo ya es una realidad incontrastable.
Analistas consultados por El Economista sostienen que aún habrá que ver cómo termina de acomodarse el sector, que lejos de reconvertirse y reubicar al personal que dejará de trabajar en la producción local, por el momento tomó más bien la opción del achicamiento o cierre y el despido. Mientras tanto, desde septiembre de 2016, con los primeros rumores de que se venía esta medida, las empresas literalmente “salieron a reventar stocks” para evitar quedarse con la mercadería.
Enrique Carrier, director de Carrier y Asociados, estudio dedicado al sector informático, los medios digitales y su mercado de consumo, asegura que “hoy hay bastante de la oferta previa al arancel cero. Calculo que a fin de junio o en julio, ya vamos a tener una idea más acabada de lo que puede ser este nuevo escenario”. La razón es que con el anuncio de la quita de aranceles “los fabricantes locales, sabiendo que se venía la importación y que les cambiaba radicalmente el negocio, salieron a liquidar stock, con lo cual bajaron los precios fuertemente”.
Por su parte, Ana Carattino, Proyect Manager de la consultora especializada en consumo GfK Argentina, considera que “los precios han bajado desde septiembre de 2016, en parte, por limpieza de stock frente a la medida de la quita del arancel, ya que las marcas no podrían competir frente a la nueva mercadería traída sin impuesto”. En ese sentido, aclara que los precios promedio de abril de este año frente a los que había doce meses atrás fueron 20% menores, “pero respecto de marzo de 2017 aumentaron 3%”. Explica que este aumento intermensual “se debe a un cambio de mix en lo que se está vendiendo que no necesariamente indique que las marcas hayan aumentado sus precios de un mes al otro”.
Actividad a pique
Desde la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), que agrupa a las compañías localizadas en Tierra del Fuego, su titular Federico Hellemayer afirma que como consecuencia del decreto 117/2017, Informática Fueguina (joint venture entre Positivo y BGH) directamente cerró su planta industrial. Además, Grupo Newsan y Radio Victoria continúan con la fabricación de otros productos y reasignaron gran parte de la gente. Por su parte, Banghó cerró su planta en el partido bonaerense de Vicente López y otras compañías debieron enfrentar duros procesos de reestructuración.
“Nuestra mirada sobre esta medida es que ha sido negativa y perjudicial para el consumo y, ciertamente, para la actividad y la pérdida de empleos. También es perjudicial porque acota el portfolio de productos de la industria, que eso lo hace mucho más sensible en épocas como las actuales donde hay retracción en el consumo”.
Carlos Scimone, gerente apoderado de la Cámara Argentina de Máquinas de Oficina, Comerciales y Afines (Camoca), recuerda que ya en octubre pasado, desde la entidad le propusieron al ministro de Producción, Francisco Cabrera, mantener un arancel del 16% para los productos importados terminados y eliminarlas para partes y piezas necesarias para el proceso productivo. La propuesta, sin embargo, no fue considerada por las autoridades. “Podríamos haber tenido la misma baja de precios sin pérdida de empleos”, dice Scimone.
Consultado sobre la baja de precios al consumidor, el directivo señaló que hasta ahora “hubo una baja del 25%”, pero admitió que muchos fabricantes “se convirtieron en importadores de equipos, tratando de mantener su marca”. La tendencia declinante se ve también en la cantidad de equipos producidos por pymes del sector, que fabrican clones (ensamblados sin marca comercial). Scimone informa que en 2013 había unas 4.000 empresas que fabricaron 900.000 equipos, al año siguiente esa cantidad bajó a 700.000 unidades y la recesión de 2015 impactó aún más en el sector.
Oferta ampliada
Para Carrier, los incentivos a la importación pueden estimular al sector, en primer lugar por la baja de precios, y en segundo término, porque “va a haber también una mejora en la oferta”. Recuerda que en los últimos tiempos la gente viajaba a comprar tecnología a Chile, un poco por precio y otro en comparación a qué cosas se podían conseguir acá. “El tema del arancel cero sí va a servir para aggiornar un poco la oferta que para mí estaba un poco atrasada” sostiene Carrier.
“No creo que los precios de las notebooks tiendan a subir, dado que para finales de este año encontraremos mayor surtido en los retailers y por ende mayor competitividad entre las marcas”, precisó Carattino. Como dato alentador puede mencionarse el incremento de ventas en los últimos meses. Para la especialista “las ventas entre enero y abril de 2017 acumulan un crecimiento del 50% en unidades respecto del mismo período del año pasado”, y afirma que “el crecimiento es sostenido mes a mes, si bien se estima que la tasa de crecimiento puede desacelerarse, dado que tenemos que considerar un primer cuatrimestre de 2016 con los valores más bajos históricos de la categoría”.
Empleo en retracción
Si la medida oficial de eliminar los aranceles a la importación de computadoras entró en vigencia en abril de este año, su impacto en el empleo comenzó a sentirse varios meses antes. Anticipándose a un escenario de menor rentabilidad para su negocio, muchas empresas nacionales comenzaron a modificar su perfil y a achicar sus planteles en línea con esa reconversión. Según empresarios del sector, ya en abril podían contarse 5.000 despidos en todo el país.
El Gobierno planteó la “reconversión productiva” como medida para amortiguar el impacto del nuevo régimen. Según este plan, las personas que perdieran sus puestos serían reintroducidas en otro sector más dinámico. “La reconversion para nosotros son simples anuncios. Yo no he visto reconvertir a nadie”, dijo a este diario Roberto Bonetti, secretario general adjunto de la UOM Capital. Según sus números, sólo en Capital los trabajadores dedicados al rubro se redujeron casi a la mitad. La empresa BHG despidió 40 trabajadores; Novatech, 80; Corporate Corp, alrededor de 100 y Banghó dio de baja en enero un turno completo, compuesto por alrededor de 35 trabajadores temporarios.
Tierra del Fuego fue otra de las jurisdicciones más afectadas por la medida. Para Federico Hellemayer, presidente de Afarte, sufrieron el impacto 500 puestos de trabajo en esa provincia. “De ésos efectivamente se perdieron 250/260 puestos de trabajos. O sea, 260 personas se quedaron en la calle a consecuencia de esta medida. Hubo otra genteque las empresas tuvieron la posibilidad de reabsorber en otras líneas de producción”, apuntó.
En un cálculo más general, Carlos Scimone, gerente apoderado de CAMOCA, hasta abril se perdieron 5.000 puestos en todo el país por la eliminación de los aranceles. Según señaló, las pérdidas se sintieron fuerte entre las pymes del interior, donde las empresas que fabrican clones tiene fuerte incidencia.
Si bien admite que la medida impacta en los puestos de trabajo abocados a la producción y el ensamble, para el consultor Enrique Carrier, el nuevo escenario puede no ser tan negativo. “Si un fabricante local deja de producir localmente por los costos y empieza a importar va a seguir estando en su negocio y va a seguir necesitando gente vinculada al comercio exterior, logística, servicio técnico”, apuntó. Además, consideró que al aumentar la oferta puede ocurrir que empresas extranjeras que se habían ido del país o tenían una participación muy reducida en el mercado local ahora decidan expandirse.
